La Policía Nacional, en colaboración con la Europol, ha desmantelado un clan familiar arraigado en Barcelona que actuaba a manera de "mayoristas" de droga entre Catalunya y diferentes países europeos. En total se han detenido 54 personas relacionadas con esta trama, todas de nacionalidad española, después de dieciocho entradas y registros en domicilios de Barcelona, Girona, Tarragona y Granada. Los policías han podido intervenir 34.000 euros en efectivo y 3.000 en criptomonedas, además de 600 kilos de marihuana y miles de plantas en proceso de crecimiento.

De la heroína a la marihuana

Según la investigación de la policía española, esta mafia, organizada por vínculos de sangre para garantizar la lealtad de sus miembros, de etnia gitana, había empezado a traficar con heroína hace años, pero se adaptaron a las demandas del mercado internacional del narcotráfico y se especializaron en el cultivo de marihuana. A menudo organizaban reuniones con organizaciones criminales internacionales - algunos de Finlandia, Suecia, Alemania, Francia y Polonia-, dónde se negociaban los pedidos, la cantidad de droga y el precio de los envíos.

El encargado de cerrar los tratos era el mismo líder, bajo quien se distribuía el resto de miembros de la familia, siguiendo una estricta jerarquía y con funciones bien definidas. La mano derecha del capo era quien controlaba toda la producción en la zona de Girona y Granada, mientras que un conocido delincuente, llamado por todo el mundo "El Demonio", que había cumplido condena por un asesinato en el año 2007, coordinaba las acciones violentas del grupo y los vuelcos a organizaciones rivales, impartía disciplina entre los miembros y gestionaba las armas de fuego.

 

El pasado 23 de abril se explotó la operación con entradas y registros en diferentes puntos de Catalunya, como Cabra del Camp, en Tarragona, en la Font de la Pólvora, en Girona y en L'Hospitalet de Llobregat, en el área metropolitana de Barcelona. Al mismo tiempo, agentes de la policía española entraban en municipios de las afueras de Granada y Málaga, y la Europol hacía lo mismo en diferentes ciudades europeas. El balance del dispositivo fue de trece detenidos en Barcelona y otros tantos en Girona, dos en Tarragona, Málaga y Granada respectivamente, nueve en Finlandia, cinco en Alemania y en Suecia, y cuatro en Francia.

Para intentar ocultar su actividad criminal, los delincuentes invertían en propiedades y en criptomonedas. En este sentido, se intervinieron ocho inmuebles por valor de 1.555.000 euros. Por otra parte, se requisaron cuatro pistolas, una escopeta, una defensa extensible y varios espráis inmovilizadores. En la operación se ha contado con la colaboración de la CBSP de Polonia, de la policía de Finlandia y de la Unidad Nacional de la Europol.