Ves un mensaje en el móvil del Servicio Público de Empleo Estatal, SEPE, haces clic en un enlace y ya has dado tus datos a un ciberdelincuente para que te pueda quitar el dinero de la cuenta bancaria. También puede ser que recibas una llamada, te digan que necesitan algunos datos y se los des pensando que realmente trabajan para el estado. Esta es la nueva estafa que preocupa al Gobierno estatal y puede afectar a todos los parados de España. Es importante tomar las medidas de precaución necesarias para protegernos de esta versión de phishing.
El SEPE solo nos contactará a través del 060
Los estafadores que se hacen pasar por este servicio público se intentan aprovechar de los que cobran el paro o algún tipo de subsidio y quitarles el dinero cuando menos se lo esperan. El Servicio Público de Empleo Estatal recuerda que no se tiene que confiar en cualquier número que nos contacte, sino que nos tenemos que asegurar de que estamos hablando con alguien que es a quien dice ser. El SEPE lo pone fácil: su única forma de establecer contacto es a través del 060, y si se quiere concertar una cita previa se tiene que llamar al 91 926 79 70. Las alertas por estafas en el nombre de este organismo hace unos meses que resuenan, pero últimamente se están disparando, lo que implica que cada vez es una práctica más usual por parte de los ciberdelincuentes.
Los ladrones aprovechan este truco, ya que hacerse pasar por una entidad reconocida les facilita ganarse la confianza de los estafados, quienes les revelan datos privados pensándose que se trata de un entorno seguro y después son víctimas de suplantaciones de identidad. Tampoco nos tenemos que confiar con los otros medios: este tipo de prácticas también suele llevarse a cabo a través de mails. Desde el organismo recuerdan que nunca solicitan información delicada a través de correos, como tampoco por SMS, y añade que, en caso de duda, lo mejor siempre es acudir presencialmente a la oficina y tratar el tema directamente con una persona. Una forma de detectar estas estafas a menudo es a través del texto. Los estafadores pueden cometer faltas de ortografía o utilizar el lenguaje de forma poco apropiada para un servicio estatal.