A primera hora de la mañana de este viernes 26 de septiembre, se descubrió que se había cometido un robo en Aitona, en el Segrià. Si robar ya es pecado, este caso en particular tiene que ser uno grande, porque se saqueó ni más ni menos que la iglesia parroquial de Sant Antolí d'Aitona. El templo cristiano fue asaltado entre la noche del jueves y las primeras horas de la mañana del viernes, y, después de la visita que recibió, no quedó ni siquiera la copa para mojar la hostia para la misa.
Los Mossos d'Esquadra han podido confirmar los hechos, pero no se sabe todavía quién es el ladrón, ni siquiera si era solo uno o si iba acompañado. Parece que nadie vio nada extraño y, como la iglesia no tiene cámaras de seguridad, es muy difícil descubrir al autor del robo. Lo que se sabe es que, hacia las nueve de la mañana del viernes, cuando se entró en el edificio barroco, se pudo ver claramente que había sufrido un robo. La puerta de atrás había sido forzada para poder entrar sin ser detectado. Una vez dentro, no se buscó ningún botín en específico, sino que se arrasó con todo lo que se encontró.
Sin detenidos
Después de estudiar lo que faltaba cuando se descubrió el robo, se detectó que habían desaparecido, principalmente, las copas y los cálices. Durante el robo no se tuvo ningún tipo de consideración por robar en una iglesia, ya que, tal como adelanta La Mañana, se llegó a abrir el sagrario de la iglesia y se llevaron la copa que se utiliza para la eucaristía, así como la patena donde se ponen las hostias antes de repartirlas durante la misa. De momento, se investiga el suceso, para ver si hay alguna pista que hayan pasado por alto que les permita identificar el autor o autores, y si no, siempre está la esperanza de que se les atrape cuando intenten vender los objetos robados en la iglesia.