Poco más de una semana después del trágico accidente náutico en el Port de la Selva (Girona) donde murieron dos hombres franceses después de embarrancarse con su velero, las aguas de la Costa Brava se han tragado un pesquero con cuatro marineros entre el cabo de Sant Sebastià y el cabo de Begur este lunes por la tarde. Afortunadamente, este incidente se ha saldado sin muertos, ya que otro barco que pescaba en la zona llegó a tiempo para rescatar a los tripulantes, que habían tenido el tiempo justo de pedir ayuda por la radio y subir a los botes salvavidas.

La primera señal de auxilio se registró hacia las dos y media de la tarde, cuando el fuerte oleaje rompió un trozo de la popa del pesquero La Puntaire, haciendo que empezara a entrar mucha agua, hundiendo rápidamente el barco, que había salido del puerto de Palamós aquella mañana, como hacía cada día. El capitán alertó por la radio a los otros pesqueros del puerto de lo que estaba pasando, pidiéndoles ayuda. Solo uno, el Solraig, estaba disponible en aquel momento, y puso rumbo hacia las coordenadas de La Puntaire, según han explicado desde Salvament Marítim.

Salvados 'in extremis'

Mientras el Solraig estaba de camino a rescatar a los marineros en apuros, Salvament Marítim recibió una llamada de otro de los pesqueros que habían registrado la alerta de La Puntaire, y activaron el helicóptero Helimer 211 y la Salvamar Sirius. Cuando llegaron al punto del accidente, encontraron el pesquero hundido, y la tripulación a bordo del Solraig; mientras el capitán avisaba por la radio, los otros tres marineros tiraron los botes salvavidas al agua, y gracias a eso, y a la rápida actuación del Solraig, salieron ilesos del accidente.

Los cuatro hombres rescatados fueron trasladados al puerto de Palamós, mientras el barco de Salvament Marítim rastreaba la zona del naufragio para ver si podían reflotar el pesquero hundido, lo cual resultó imposible al encontrarse a una profundidad de más de 700 metros. Después de comprobar que no había restos de contaminación, recuperaron los botes salvavidas y los restos de La Puntaire que quedaron flotando en el agua.