La pandemia del coronavirus ha cambiado nuestras vidas, desde que en 2020 el virus se extendiera por todo el planeta y los diferentes países del mundo afrontaran esta emergencia sanitaria de una u otra forma se han podido ver muchas historias curiosas.

De hecho, los medios de comunicación se han nutrido de historias inverosímiles relacionadas con el virus. Un ejemplo de ello es la historia de un hombre que se había vacunado 11 veces en la India. Afirmaba que la vacuna le ayudaba a estar en mejor forma física, incluso llegó a decir que desde que se puso la primera dosis ya no necesitaba llevar bastón y se encontraba mejor que nunca. De hecho, fue detenido cuando se disponía a ponerse la duodécima dosis.

En este sentido, hay historias de todo tipo, personas que no se quieren vacunar y consiguen un pasaporte covid falso, delincuentes que se dedican a falsificar documentos como PCR, estos dos años de pandemia han generado muchas anécdotas difíciles de creer en un contexto que no sea el del mundo en pandemia.

El hombre que sigue siendo perseguido

Farkhad Abassov ha fallecido antes de ser juzgado. Realmente era uno de sus mayores deseos, ya que el empresario jubilado llevaba 22 años en un proceso judicial y nunca había llegado el día del juicio del que tantas ganas tenía.

Javier Verdú, el abogado de Abassov, habló sobre esta extraña situación después de que el jubilado muriese por las consecuencias del coronavirus: "Mi cliente tenía interés en que se celebrase la vista oral para limpiar su nombre", dijo el jurista.

Sputnik V / Europa Press

De hecho, aunque han pasado cinco meses desde que se notificó que Farkhad Abassov había fallecido no se ha emitido el auto de extinción de la responsabilidad penal, algo por lo que Verdú sigue luchando en los tribunales. El difunto todavía tiene activos cargos contra él, piden 26 años de cárcel y una multa de unos 6 millones de euros.

A Abassov se le acusaba de delitos societarios, de apropiación indebida, administración desleal y coacción. Obviamente, no podrá cumplir con la pena que se le habría impuesto después del juicio, pero su abogado sigue reclamando que se retiren estos cargos después de que el acusado haya fallecido.

El origen de los problemas de Abassov

Los problemas judiciales de Farkhad Abassov comenzaron después de que varias personas se querellaran contra él y otro empresario ruso después de que pagasen 170 millones de pesetas (unos 1,02 millones de euros) al propietario de un astillero para controlar un 25% de dos empresas que gestionaban construcciones, reparaciones, venta y alquiler de barcos en el puerto de Guardamar del Segura.

No fue su única inversión, el empresario de Azerbaiyán también se aventuró en otros negocios como un restaurante y en el sector inmobiliario. Ninguna de sus tres apuestas salió bien y tuvo que enfrentarse a unos duros procesos de cierre de las entidades que le hicieron acumular varias querellas.

Cuatro de las denuncias contra Abassov prosperaron, por lo que el empresario acabó arruinado al ser embargado todo su patrimonio. Los últimos años de su vida los pasó malviviendo con una pensión de 570 euros mensuales terminó muy abrumado por sus problemas judiciales pendientes. 

Su abogado cuenta que su cliente, de 78 años, se marchó a Rusia y allí aprovechó para vacunarse contra el coronavirus con la Sputnik V. Cuando regresó dio positivo y tuvo que ser ingresado en el Hospital Vinalopó por complicaciones y una neumonía bilateral que terminó con su vida después de 50 días en la UCI.