A finales de octubre de este año una chica de Reus estuvo durando 24 horas retenida en el aeropuerto de Dammam, en Arabia Saudí, junto con otras veinte personas más. El personal del aeropuerto no los informó en ningún momento de los motivos de esta actuación, y ahora la afectada quiere denunciar "la ineficacia y la vulnerabilidad" en la cual se encontraron.
El destino final de la denunciante era Phuket, Tailandia, hasta donde tenía que coger varios aviones y realizar algunas escalas, una de ellas en Dammam. Según relata al Diari de Tarragona, cogió el primer vuelo el día 25 de octubre en el aeropuerto de El Prat de Barcelona con dirección Roma. Allí hizo la primera escala y aterrizó en Arabia Saudí al día siguiente, el día 26. Fue entonces que empezaron las irregularidades. En principio no necesitaban tener visado, ya que solo estaban de paso, pero, aun así, las autoridades del aeropuerto hicieron pagar en efectivo a uno de los pasajeros por no tenerlo en regla. A a otro pasajero, que tenía maletas facturadas, le obligaron a pagar 120 dólares en efectivo para poder recuperarlas.
Retenidos sin agua ni comida
Antes de poder llegar a la zona de embarque, tuvieron que enseñar los pasaportes y los billetes de avión, y el personal les hizo pasar a la zona de espera sin posibilidad de acceder a la zona de restauración. Los pasajeros tenían poco más de tres horas para coger la conexión hacia Tailandia, y a medida que pasaba el tiempo continuaban retenidos y nadie les decía nada. "Preguntamos por qué no podíamos salir, que muchos hacía 24 horas que viajábamos sin comida", comenta la joven. Pero no obtuvieron respuestas. "Estábamos encerrados durante horas sin agua, sin un punto de comida y negándonos el uso de Internet", denuncia la reusense.
Después de horas desatendidos, volvieron a pedirles los pasaportes, pero esta vez se los llevaron, una actuación que, según recuerda la denunciante, es ilegal. Mientras tanto, a algunos de los pasajeros les hacían pasar a las puertas de embarque, pero dar ninguna explicación a nadie. El resto de los viajeros tuvieron que esperar casi tres horas hasta que los devolvieron tanto los documentos de identidad como los billetes, excepto a la afectada y a cuatro personas más, cuando solo quedaba media hora para que saliera su avión hacia Phuket.
Les negaron hacer llamadas internacionales
La reusense pidió hablar con un responsable así como acceso a un teléfono para hacer una llamada internacional, pero las dos cosas le fueron denegadas. Finalmente, consiguió contactar con la embajada española, pero no le pudieron dar más solución que esperar. En total se gastó 290 euros en llamadas a la embajada, a la policía y a la compañía aérea, todo en vano.
Sin embargo no se dio por vencida e intentó por todos los medios comprar otro vuelo. Lo consiguió después varios intentos e incluso pidiéndole el teléfono a la dependienta de una de las tiendas del aeropuerto. Pero el daño ya estaba hecho. "Un viaje de dos días se convirtió en uno de seis", denuncia. "Se nos negó toda ayuda y compensación, y estuvimos sin comer, sin agua y sin un teléfono público o un enchufe", concluye.