Controvertida expulsión de una niña de 11 años con autismo de la escuela privada Santa María del Pino de Alella (Barcelona). Las acusaciones cruzadas entre la familia y el centro, que discrepan sobre quién es víctima y acosador en los conflictos del aula, han llevado a los responsables educativos a prohibirle la entrada hasta que vaya acompañada de una veladora, que tendría que contratar la familia. Esto sería, según la institución, para "proteger la integridad" del resto de alumnos. Pese a ello, los padres rechazan estas acusaciones y de tergiversar la realidad, asegurando que su hija no es la acosadora sino la víctima y estudian ir a los tribunales.

"Siempre me culpan a mí", es una de las afirmaciones de la niña en los informes de la terapeuta por el supuesto rechazo de algunos compañeros en el aula. También hay expresiones como "me tratan mal" o "no puedo más". La familia cree que está ante un claro caso de acoso escolar y, por eso, pidieron poner en marcha el protocolo de bullying, pero el centro se negó, según las declaraciones de la madre a ACN, porque entendía que eso no se producía. Algunos compañeros de clase, además, avisaron al director a principios de noviembre, al parecer, porque otros niños "maltrataban" a la pequeña con autismo.

Veladora, expulsión y discrepancias sobre quien es el acosador

La madre de la niña, Manar Dubach, ha relatado a la agencia citada los episodios "de insultos" y "acoso" que se originaron el curso pasado. La pequeña sufre TDAH, diagnosticado el año 2020, trastorno social comunicativo, una parte del espectro autista diagnosticado en 2021, y discaulia, diagnosticado en 2022. En cualquier caso, la expulsión de Santa María del Pino de Alella se realizó el 22 de noviembre a través de un correo electrónico enviado a la familia. En el mensaje se culpaba a la niña de los conflictos y la escuela ha detallado que la pequeña no puede volver a la escuela en 30 días hasta que esté acompañada de una veladora, a cargo de la familia, para "proteger la integridad física y anímica de los alumnos".

La escuela ha explicado que el acompañamiento de la veladora es fundamental. De hecho, ha apuntado que la niña con autismo da "golpes" y hace "comentarios desagradables" a una compañera, con quien tiene los principales conflictos, de manera "continúa a lo largo del día". El centro ha recordado que los conflictos son "muy puntuales", mientras las familias en ningún caso culpabilizan a la niña de los comportamientos y el equipo docente aplaude el comportamiento en la resolución de estas problemáticas.

Aun así, ahora habrá que ver cómo acaba esta expulsión y si finalmente los padres o la escuela se hacen cargo del coste de la veladora, que supondría aproximadamente, y mínimo, unos 1.000 euros mensuales. El Departament d'Educació de la Generalitat ha declinado hacer valoraciones sobre el tema y rechaza opinar sobre "ninguna praxis" de los centros privados de Catalunya.