Hace una semana que el casco antiguo de Lloret de Mar (Girona) se ha quedado sin sus puntos principales de venta de cocaína, heroína, marihuana, hachís y pastillas varias. El 19 de junio pasado, los Mossos d'Esquadra de la comisaría de Blanes desmantelaron un grupo criminal que gestionaba cuatro narcopisos repartidos entre tres edificios del centro de la localidad, ubicados en las calles de la Sénia del Rabic, Josep Lluhí y Rector Felip i Gibert, a escasos minutos a pie entre ellos. En total ocho hombres y diez mujeres, de entre 18 y 43 años y origen magrebí -cuatro de ellos tenían relación de parentesco, según ha podido saber ElCaso.com-, se dedicaban a obtener droga al por mayor para después revenderla a turistas que captaban directamente en la calle, una actividad de la que hicieron su único modus vivendi. Estas 18 personas fueron arrestadas, acusadas de un delito contra la salud pública y de uno de pertenencia a grupo criminal.
La Unidad de Investigación (UI) de los Mossos de Blanes detectaron la existencia de uno de estos narcopisos -todos ocupados- a principios del mes de abril, el de la calle Sénia del Rabic, de donde entraban y salían personas a todas horas del día y de la noche. Este movimiento constante puso en alerta a los investigadores y las consiguientes tareas de vigilancia destaparon los otros tres inmuebles; poco a poco, pudieron identificar los miembros del entramado criminal.
Vivían plenamente de la droga, con más de 77.000 euros encontrados en estos pisos
Como suele pasar con las mafias y grupos que se dedican a la delincuencia, las tareas estaban bien repartidas con una jerarquía clara que seguía una estructura piramidal. En la cima estaban los líderes, que compraban las drogas a otros traficantes para después distribuirla en dosis más pequeñas para revender al detalle; el resto se encargaba de procurar a la clientela y de mover entre los cuatro pisos la droga y el dinero generado. En la base estaban los encargados de las tareas de vigilancia.

Después de meses de trabajo, los Mossos recavaron bastantes indicios para poder pedir órdenes de entrada y registro en los pisos, en un despliegue policial que contó con la participación de agentes de la Unidad de Seguretat Ciutana (USC) y la UI de Blanes, del ARRO y la Unidad Canina de Girona y de Barcelona, la Unidad de Subsuelo y la Unidad de Drones. El balance fue de 260 gramos de cocaína, 30 de heroína, 295 de marihuana, 660 de hachís decomisados, así como 35 pastillas, varios objetos relacionados con los delitos de receptación y más de 77.000 euros en efectivo localizados en los domicilios.