Una mujer de 38 años de la ciudad de Bielefeld (Alemania) ha sido condenada a pasar seis meses en prisión al ser declarada culpable de robar esperma de su pareja, con un método ruin y sencillo, agujerear los condones que ambos usaban para mantener relaciones sexuales sin que el hombre lo supiera.

La mujer llevaba mucho tiempo queriendo tener hijos y su objetivo era el de quedarse embarazada de este hombre, con el que mantenía una relación de 'amigos con derechos'. Durante mucho tiempo manipuló los condones haciéndoles agujeros con un alfiler antes de tener relaciones.

Ella dijo ante la corte que antes de las citas esporádicas con este hombre tomaba la caja de condones y se encargaba de hacer pequeños agujeros en ellos, no hacía muchos para no levantar sospechas. El objetivo era que los preservativos perdieran su función anticonceptiva.

¿Cómo era su relación?

El hombre, de 41 años, y la acusada mantenían una relación de amigos con derechos desde hacía meses. Empezaron a tener relaciones a principios de 2021, pero unos meses después, la víctima se dio cuenta del engaño por un mensaje de WhatsApp y decidió denunciar los hechos ante la justicia.

Condon Pixabay
Condón / Pixabay

Según las declaraciones que hizo la mujer ante el Tribunal Regional de Bielefeld, ella desarrolló sentimientos profundos hacia el hombre, quería que fueran una pareja formal y su intención era la de formar una familia. Pese a ello, la víctima siempre dejó muy claro que no quería tener nada más que encuentros casuales.

La condenada comunicó al hombre que estaba embarazada y admitió en un mensaje de WhatsApp que había manipulado los condones varias veces con tal de conseguirlo. Pese a ello, era una falsa alarma y realmente no estaba gestando un bebé. El hombre decidió dar por finalizada su relación y denunció los hechos.

Un caso único

Los compañeros de DW.com informaron sobre la dificultad de este caso, ya que los miembros del tribunal no estaban muy seguros sobre por qué motivo iban a acusar a la mujer que había manipulado los condones. Astrid Salewski, jueza del caso, habló sobre este peculiar delito: "Hemos escrito historia legal aquí hoy", dijo.

En primera instancia, la mujer iba a ser acusada por violación, pero después los miembros del tribunal y la jueza consideraron que los cargos por agresión sexual se adecuaban más a esta insólita situación. Salewski comparó el caso a uno en el que el hombre se quita el condón durante el coito, por lo que creyeron que esta valoración era acertada.

La jueza dijo que la aplicación en este caso debía ser la misma, ya que los condones habían sido manipulados sin el conocimiento de la víctima y concluyó con una frase lapidaria: "No significa no aquí también".