La Policía Nacional investiga el asesinato de una mujer de 38 años en Almería después de que su verdugo, un hombre de 28 años, se presentara en comisaría el pasado lunes 30 de diciembre y acabara confesando el crimen. En un primer momento, el individuo explicó a los agentes que había sido testigo de un homicidio, pero finalmente acabó hundiéndose y reconoció que él había sido el autor. Los policías lo detuvieron y, poco después, localizaron el cadáver, que se encontraba en muy mal estado después de que lo intentara quemar. Este miércoles por la noche, después de pasar a disposición judicial, el hombre ingresó en prisión.
Un crimen durante las vacaciones de Navidad en España
El hombre, aunque de nacionalidad española, vive en Alemania, donde está casado y espera un hijo con su mujer. Aprovechando las fiestas de Navidad, había decidido viajar a Almería para visitar a sus padres y pasar las vacaciones con ellos. No obstante, se fue de fiesta y no volvió. Después de tres días sin saber nada de él, los padres empezaron a llamarle de manera insistente para intentar localizarlo, cosa que lo puso nervioso. Eso, según relató el hombre, provocó que discutiera con la víctima, una chica con problemas con las drogas, como él, a quien había conocido pocos días antes.
Fruto de la pelea que se produjo dentro de su coche, el hombre cogió una especie de cadena de perros y la estranguló hasta matarla. Posteriormente, asustado porque la había matado, siempre según el relato del asesino, llevó el cuerpo hasta un descampado al paseo de la Castañeda, en el barrio de Retamar, donde le prendió fuego. Después fue a comisaría diciendo que había presenciado un crimen, pero se hundió y lo confesó todo. Cuando los agentes fueron al descampado, se encontraron el incendio todavía activo, quemando el cuerpo y también un frondoso árbol que había el lado.
La víctima tenía una hija de 20 años
El cadáver de la mujer fue trasladado al anatómico forense a fin de que se le practicara la autopsia, que ha confirmado la muerte por estrangulamiento. Aunque está identificada como una mujer marroquí de 38 años, se está a la espera de los resultados de las pruebas de ADN que lo confirmen. La familia de la víctima, en declaraciones a la Agencia EFE, ha explicado que la mujer tenía una hija de 20 años y que actualmente no tenía trabajo. Además, también han reconocido que desde hacía tiempo hacía una vida "bastante libre" y que sufría un problema de adicción a las drogas.