El pasado 30 de julio, el puerto de Barcelona recibió un cargamento bastante peculiar. El barco venía de Colombia, y estaba lleno de contenedores que, cuando zarpó en Buenaventura, a la policía del país latinoamericano ya les parecieron sospechosos y avisaron a la Guardia Civil de la capital catalana, donde se dirigía. En el manifiesto de carga decía explícitamente que transportaba únicamente sacos de azúcar, pero, durante una inspección minuciosa de los agentes de la Benemérita, ya en Barcelona, se reveló que había escondidas casi dos toneladas de cocaína ocultas entre los fardos de edulcorante.
Hacían pasar la cocaína por azúcar aprovechando la semejanza
Muchos de los sacos que aparecieron dentro de los contenedores eran, como aseguraban los transportistas, azúcar. Sin embargo, camuflado entre este producto indefenso, se detectó un total de 1.522 placas de cocaína, con un peso de 1.669 kilogramos. Inmediatamente, se requisó el cargamento ilegal.
A pesar de la requisa de la cocaína, la Guardia Civil no dio por cerrado el caso, y continúa con las investigaciones para llegar a la raíz de esta trama de narcotráfico con el objetivo de desmantelar por completo la red criminal que se dedica a entrar droga en Catalunya por mar. Desde el cuerpo recalcan la importancia de estas intervenciones para detener la compraventa de sustancias estupefacientes a escala internacional, que a menudo llegan escondidos entre cargamentos de mercancía legal en barcos desde países de América Latina.
En este sentido, los traficantes no dudan en utilizar cualquier método para conseguir hacer llegar la droga en nuestra casa. Al día siguiente de este decomiso, los agentes de la Guardia Civil del aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat pillaron a un hombre que había llegado a la capital catalana en un "vuelo caliente" procedente de Brasil, con más de 150 cilindros de cocaína dentro de su cuerpo. La mula casi pierde la vida, ya que muchos de los fardos habían empezado a deshacerse y lo estaban intoxicando. Después de detenerlo, lo evacuaron al Hospital de Bellvitge donde lo sometieron a una operación urgente para extraerle toda la droga.