Una urbanización de lujo de Sabadell (Barcelona) escondía bajo algunos de los chalets plantaciones de marihuana, cuidadosamente cultivadas por los miembros de una misma familia en sótanos reconvertidos en verdaderos búnkers. Agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) de la Región Metropolitana Norte de los Mossos d'Esquadra, junto con la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (UDYCO) de la Policía Nacional han podido desmantelar las plantaciones después de que una llamada anónima los pusiera sobre la pista de los delincuentes. Fue julio pasado cuando una persona alertó a la policía catalana de la posible existencia de grandes cantidades de marihuana en unos chalets de la cocapital del Vallès Occidental, unas sospechas que resultaron ser ciertas. El pasado 20 de febrero, se detuvo a diez miembros de un clan familiar, de entre 19 y 62 años, de nacionalidad española y etnia gitana, acusados de los delitos de pertenencia a organización criminal, contra la salud pública, contra la propiedad industrial y defraudación de fluido eléctrico.
La llamada inicial informaba solo de un chalet en concreto, sin embargo, a medida que avanzaban las investigaciones, se pudo comprobar que había seis domicilios vinculados a los sospechosos. Durante la vigilancia a la que fueron sometidos estos chalets, los policías fueron testigos de un ir y venir de diferentes coches, uno de los cuales protagonizó una huida a toda velocidad al ser sorprendido en un control policial. Todo este comportamiento sospechoso se sumaba a un consumo de energía demasiado elevado, lo que permitió la autorización del Juzgado de Instrucción número 3 de Sabadell a hacer entradas y registros en los seis chalets identificados.
Marihuana escondida en búnkers bajo los chalets
La marihuana, como era de esperar, estaba cuidadosamente escondida en los sótanos de cada chalet individual. Las estancias parecían verdaderos búnkers: para amortiguar el ruido de los ventiladores y deshumidificadores, así como para evitar que saliera el olor de marihuana, los delincuentes habían tapiado las entradas con placas de cemento que contaban con sofisticados sistemas que los ponían en funcionamiento. Al abrirse, revelaban habitaciones llenas de las plantas. En concreto, entre los seis chalets, se decomisaron 4.000 plantas, un kilo de cogollos ya preparados para su distribución y venta, 13.000 euros en efectivo, seis vehículos de alta gama, grandes cantidades de joyas y relojes de lujo y numerosas cajas con calzado y ropa de distintas marcas. También encontraron un arma de fuego corta, una larga y munición de diferentes calibres.
De los diez detenidos, ocho pasaron a disposición judicial dos días después de ser arrestados, el 22 de febrero. Dos de ellos quedaron en libertad con la obligación de personarse ante el juzgado cuando sean requeridos.