Un vecino de La Seu d'Urgell acusado de pornografía infantil y abuso de menores pagó durante más de un año un total de 16.000 euros a un chico de 14 años por "hacer de todo".

La víctima ha explicado en el juicio que se hace este miércoles en la Audiencia de Lleida que con el acusado practicaron sexo oral, masturbaciones, tocamientos y penetración.

"16.000 euros por hacer de todo"

Tanto esta víctima, que tenía 14 años, como otro chico de 16 años, le enviaron imágenes sexuales explícitas porque el acusado se las pedía bajo amenaza.

El abusador, por su parte, ha reconocido que los chicos le enviaban imágenes sexuales, pero dice que eran ellos los que las mandaban y que muchas "ni las veía". Ha reconocido haber pagado al primero 5.000 euros en total, pero porque "pensaba que no hacía nada malo y que no era tan grave".

El acusado, de 50 años y nacionalidad española, ha reconocido que el chico de 14 años fue a su casa en una ocasión, pero que no pudieron hacer nada" porque sufre disfunción eréctil.

También ha reconocido que el chico le enviaba imágenes sexuales, pero ha añadido que era el chico a quien le enviaba sin que él le pidiera.

"Él (el chico) necesitaba dinero y me enviaba imágenes, pero muchas ni las miraba porque me daba cosa", ha declarado el acusado. "Como no había ni violencia, ni amenazas ni nada, no pensaba que la cosa fuera tan grave", ha explicado el acusado. "Pensaba que no hacía nada malo", ha concluido.

Un vecino de La Seu d'Urgell acusado de abusar de menores

El joven, en cambio, ha declarado que era el acusado quien le pedía fotografías y vídeos de carácter sexual y que en varias ocasiones mantuvieron relaciones sexuales en persona.

"Una vez me pagó 2.500 euros de golpe", ha explicado, y en total calcula que el acusado le pagó hasta 16.000 euros en poco más de un año, hasta que lo detuvieron en marzo de 2020.

El joven ha reconocido que estas prácticas le daban "asco" pero que se veía obligado a hacerlas para conseguir dinero y porque el acusado le insistía constantemente. "Me llegó a pedir 4 vídeos a la semana", ha explicado.

Otra de las víctimas ha declarado que cuando tenía 16 años, el acusado se puso en contacto con él a través de las redes sociales y le pidió una fotografía de carácter sexual.

Él, ha añadido, se negó, pero al final le envió una porque el hombre lo amenazó diciéndole que sabía dónde vivía. "Le envié una por miedo, pero después siguió insistiendo y no le envié más. Le dije que parara, que era un salido y al final me dejó tranquilo", ha añadido.

El móvil lleno de vídeos sexuales de menores

Los agentes de los Mossos d'Esquadra que se encargaron de extraer y analizar 2 móviles, DVD, una tablet y el ordenador del acusado, han explicado que se analizaron 6.248 fotografías y que, de estas, unas 700 eran de menores en actos sexuales explícitos.

En las imágenes "se veían relaciones sexuales entre varios menores y también masturbaciones", ha explicado uno de los agentes. El mismo mosso también ha declarado que de las conversaciones del móvil se extrae que era el acusado quien pedía las imágenes a los menores.

En una conversación, incluso, explica, el acusado le pide al chico de 14 años que ha denunciado los hechos que haga un vídeo y le dice "como el vuelo, qué tiene que hacer y qué tiene que gritar más".

Se destapó cerca un caso de venta de marihuana en el instituto

El agente encargado de la investigación ha explicado que los hechos fueron descubiertos a raíz de una intervención que hicieron al instituto donde estudiaba al menor de 14 años.

Les habían alertado de que el chico vendía marihuana en el instituto y cuando fueron le encontraron más de 1.000 euros en efectivo encima. "Él nos dijo que el dinero que llevaba no era de la venta de drogas, sino que los había dado a un hombre a cambio de relaciones sexuales y de enviarle imágenes pornográficas", ha explicado el policía.

La versión del chico, añade, "cuadra" con los hechos posteriores. Explica que, cuando identificaron al hombre, registraron su casa, el garaje y el coche, donde encontraron más de mil euros en efectivo.

Fue entonces cuando el acusado reconoció que eran para un amigo y les dijo el nombre del chico. Además, en el móvil le encontraron contenido pornográfico del joven y en el garaje había preservativos usados y sin usar.

El acusado tiene capacidad intelectiva límite, pero sabía que estaba mal

De todo lo que se recopiló, se pudo deducir que el acusado había mantenido relaciones sexuales con menores y tenía guardadas imágenes de pornografía infantil. Según los Mossos, hay al menos tres menores con quienes lo consiguió, los dos denunciantes y otro chico que habría estado víctima con anterioridad.

Durante el juicio también han declarado las dos médicos forenses que trataron al acusado y han explicado que el hombre tiene una "capacidad intelectual límite".

Sin embargo, han puntualizado, este nivel intelectual "no le impide saber qué está bien o mal ni tampoco le impide decidir", han dicho. "Es consciente de sus decisiones y de las consecuencias", han añadido, y de hecho, no ha recibido nunca tratamiento psiquiátrico ni psicológico, ni antes ni después de entrar en la prisión.

Piden 28 años de prisión

La Fiscalía pide que se le impongan 11 meses de prisión por un delito de elaboración de pornografía en grado de tentativa (en referencia al contacto con el chico de 16 años), 8 años de prisión por un delito continuado de elaboración de pornografía infantil (en referencia a los hechos ocurridos con el chico de 14), 6 años más por un delito continuado de corrupción de menores, 12 años de prisión por un delito continuado de abuso sexual a menores de 16 años y 1 año de prisión por tenencia de pornografía infantil.

El ministerio público también solicita que se le prohíba comunicarse y aproximarse a las víctimas durante 10 años y que se le impongan 8 años de libertad vigilada una vez salga de la prisión. También pide que se lo inhabilite para ejercer cualquier trabajo que implique un contacto "regular y directo" con menores de edad durante los cuatro años siguientes a la salida de la prisión y que indemnice a las víctimas.

La defensa, por su parte, pide la absolución del hombre o que, en caso de que sea condenado, se le aplique la atenuante de reparación del daño y de trastorno de personalidad; así como la existencia de error de prohibición, es decir, que no era consciente de que no podía hacer lo que hizo.