Los Mossos d'Esquadra, en una operación conjunta con la Guardia Civil, han descubierto una granja de criptomonedas oculta en una nave en Ripollet, en el Vallès Occidental (Barcelona). La operación ha llevado a la detención de un hombre de 30 años, investigado por presuntamente ser el suministrador de marihuana de una organización criminal dedicada al tráfico de drogas y al contrabando de tabaco falso que fue desarticulada el pasado enero en el Camp de Tarragona. Durante el transcurso de las pesquisas, detectaron que este hombre regentaba una nave de manera clandestina, y donde la policía pensó en un primer momento que ocultaba una plantación de maría.
No obstante, las indagaciones de los agentes de la División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos y de la Unidad Orgánica de la Policía Judicial de la Guardia Civil, aclararon que en realidad se trataba de una granja de bitcoins con la que el sospechoso había defraudado más de 4,5 millones de euros en consumo eléctrico. De hecho, fue el elevado gasto del flujo eléctrico, que no se correspondía con las dimensiones de la nave en cuestión, lo que puso en alerta a los cuerpos policiales sobre la posibilidad de que se encontraban ante un caso de minería de criptomonedas. Según han comprobado los investigadores, los 85 ordenadores que utilizaba el detenido llevaban conectados de manera fraudulenta al suministro eléctrico desde el año 2021.
La caída de un grupo de narcos acaba revelando una granja de criptomonedas
La investigación que ha permitido desmantelar un clan de narcotraficantes y desmontar una mina de bitcoins empezó en el 2022. En septiembre de aquel año, le llegó a la policía catalana una información que apuntaba hacia la existencia de un grupo criminal establecido en Tarragona y en las Terres de l'Ebre. La Guardia Civil también los estaba investigando por su cuenta, y los dos cuerpos unieron fuerzas para poder detener a los delincuentes, que se dedicaban a transportar grandes cantidades de hachís y marihuana, así como tabaco falso, a las islas Baleares.
Después de dos intervenciones policiales, durante los cuales se interceptó un cargamento de hachís que venía de Almería, y se frustró el envío de la droga a Menorca, pasando por Barcelona, donde los vehículos que transportaban la mercancía ilegal pretendían coger un ferri hacia la isla, los investigadores pudieron localizar y detener a los principales líderes de la organización. Así, el pasado 16 de enero, se hicieron siete entradas y registros en domicilios de Amposta, Cambrils y Salou, interviniendo 250 kilos de hachís, 50.000 paquetes de tabaco falsificado y 22.000 euros en efectivo.
En total, doce detenidos y esperan más
Durante la primera fase de la operación se pudo detener a once personas. Cinco hombres, de entre 35 y 59 años, que formaban la cúpula de la organización; otros seis, de entre 20 y 63 años, durante las dos primeras intervenciones; y, finalmente, en la segunda fase, al hombre de 30 años detenido en Cambrils el pasado 21 de febrero, acusado de los delitos de pertenencia a organización criminal y defraudación de fluido eléctrico. Aunque la organización principal está desmantelada, la policía no ha dado la investigación por cerrada, ya que esperan poder hacer más detenciones.