Hay muchas maneras de reaccionar cuando te intentan atracar a punta de navaja. La gran mayoría de personas, al verse intimidadas y ante el miedo de ser atacadas, acceden a las peticiones de los ladrones sin oponer mucha resistencia. Otra gente, en cambio, no tiene ningún problema en resistirse aunque pueda comportar ciertos riesgos. En Lleida se vivió una de estas situaciones este martes a primera hora de la mañana. Un individuo abrió la puerta de una furgoneta de trabajo que se encontraba en la calle Cardenal Remolins y sustrajo una chaqueta del interior. Testigos de los hechos alertaron de la situación al propietario del vehículo, que se encontraba dentro de un establecimiento próximo y salió corriendo para intentar parar al ladrón.

Le quitó la navaja después de que lo intentara apuñalar

Una vez llegó a su altura, la víctima se enfrentó con el delincuente y comprobó que ya le había cogido el teléfono móvil que tenía en uno de los bolsillos. Mientras lo sujetaba, le exigió que le devolviera el dispositivo, pero el ladrón sacó una navaja y lo empezó a amenazar. Acto seguido, viendo que la víctima no desistía en su intento por recuperar su móvil, lo intentó apuñalar. El hombre, sin embargo, pudo evitar la primera acometida y le pudo arrebatar la navaja y recuperar el teléfono. En este punto, sin botín y sin el arma blanca, el ladrón huyó corriendo en dirección a la calle Carme.

Los Mossos d'Esquadra, al recibir el aviso de los hechos, se desplegaron en la zona con efectivos del Grupo de Delincuencia Urbana y del ARRO, que cerraron la calle Carme con agentes en los dos extremos para evitar que el ladrón pudiera escapar. Finalmente, lo pudieron localizar y detener cuando intentaba acceder a un edificio de esta misma calle. El ladrón, un chico de 21 años con numerosos antecedentes policiales y de quien los Mossos no han facilitado la nacionalidad, fue trasladado a comisaría acusado como de ser el presunto autor de un delito de robo con violencia e intimidación.