Los Mossos d'Esquadra han detenido a un ladrón a quien tener una orden de alejamiento de las entidades bancarias le daba igual. Se la saltaba como quería y se presentaba de nuevo en los bancos para intentar robar. Eso es lo que hizo el pasado miércoles, 4 de junio, pero en esta ocasión la jugada le salió mal. Eran las tres menos cuarto de la madrugada cuando el hombre forzó la puerta de una sucursal del distrito de Ciutat Vella de Barcelona e intentó robar el dinero del cajero automático, pero no le salió bien. De hecho, lo que provocó fue que saltara la alarma.
Una patrulla de paisano de la policía catalana se desplazó hasta el lugar y vio cómo un hombre intentaba huir después de forzar la puerta de la entidad bancaria. Así pues, lo pararon para identificarlo y el mismo ladrón les confesó que intentaba entrar en la sucursal para robar. Acto seguido, lo registraron y comprobaron la mochila que llevaba encima, donde encontraron una barra de hierro y un destornillador que el hombre había utilizado para intentar cometer el asalto al banco.
Se había saltado una orden de alejamientos de los bancos
Con los objetos encontrados en la mochila y la confesión del mismo ladrón, los agentes de los Mossos detuvieron al individuo, un hombre de 51 años de quien no se ha facilitado la nacionalidad, como presunto autor de un delito de robo con fuerza en grado de tentativa. Al introducir sus datos personales en las bases policiales, además, los agentes descubrieron que el hombre no solo tenía antecedentes por asaltar otras entidades bancarias, sino que le habían llegado a imponer una de orden de alejamiento por la cual no se podía acercar a ellas y que se había saltado en este nuevo intento de robo. Por este motivo, también quedó acusado de un delito de quebrantamiento de condena.