La Policía Nacional y la Guardia Civil, en una operación llevada a cabo en varios puntos del Estado, han liberado a 45 trabajadores agrícolas, algunos de los cuales en Catalunya, que estaban siendo explotados de forma infrahumana. Detrás de todo había un grupo criminal formado por personas de nacionalidad pakistaní y argentina, que captaban personas en situación de vulnerabilidad en países asiáticos, especialmente Nepal, pero también Pakistán o la India, con falsas promesas. En realidad, sin embargo, su objetivo era aprovecharse de ellos, ofreciéndolos como temporeros a empresas agrícolas.
Explotados en el trabajo y malviviendo en pésimas condiciones
La investigación, iniciada en julio de 2024 al detectarse que había unos temporeros que podrían ser víctimas de explotación laboral, permitió determinar que la base de la organización se encontraba en Zaragoza. Desde allí, captaban a los migrantes prometiéndoles un trabajo digno, pero cuando llegaban aquí los distribuían por diferentes lugares de Catalunya, Aragón, el País Valencià, Castilla y León y Extremadura, donde los hacían trabajar en explotaciones agrícolas en condiciones infrahumanas.
Los explotadores hacían vivir a las víctimas en unas viviendas precarias con deficiencias estructurales y sin unas condiciones higiénicas mínimas. Tenían que dormir en colchones apiñados por el suelo y solo disponían de un lavabo para compartir entre todos, en uno de los casos hasta 24 personas en una misma casa. Además, en el trabajo las condiciones no eran mucho mejores. Las jornadas eran de sol a sol, con un salario muy bajo, por debajo del mínimo legal, y tampoco tenían un contrato laboral ni estaban dados de alta en la Seguridad Social.
Si los propietarios de las empresas agrícolas pedían la documentación de las víctimas para darlos de alta de manera legal, los explotadores les daban la identidad de otras personas extranjeras para poder hacer el trámite de forma fraudulenta y así poder seguir aprovechándose de las víctimas. Los migrantes, además, a pesar de las condiciones en que vivían y trabajaban, todavía tenían que pagar 100 euros al mes a los explotadores y siete euros más al día por llevarlos hasta el trabajo.
Nueve detenidos, tres en prisión
Finalmente, se han liberado 45 trabajadores explotados y se han detenido nueve miembros de la organización. Se trata de tres personas en Caspe (Zaragoza), entre ellos los dos líderes de la banda, tres más en una empresa alimentaria de Candeleda (Ávila), dos en una instalación agrícola de Valverde de la Vera (Cáceres) y otra en Barcelona por exigirle dinero a un trabajador explotado. Tres de los nueve detenidos han ingresado en prisión acusados de tráfico de seres humanos con fines de explotación laboral, falsedad documental y pertenencia a grupo criminal.