El año 2019, Marcos Fuentes, un hombre que trabajaba de comercial con un historial por estafar personas mayores, cosió a cuchilladas a una pareja de ancianos, Piedad y Manuel, de 83 y 84 años respectivamente, cuando descubrieron que los había engañado. De manera sistemática, entre marzo y agosto de aquel año, el hombre se hizo con cerca de 16.000 euros que consiguió vendiéndoles productos de ortopedia a precio de oro -los dos tenían problemas de movilidad. Hasta que no le cogió la tarjeta a Manuel y no intentó sacar dinero en un cajero, no se dieron cuenta de nada. La última vez que el acusado acudió al domicilio del matrimonio, en la calle Mossèn Amadeu Oller del barrio de la Bordeta de Barcelona, supuestamente, para darles explicaciones y negar el robo de la tarjeta, les asestó quince puñaladas a cada uno, los dejó en el salón y se marchó con algunas joyas en el bolsillo.
Hoy, 7 de octubre, empieza el juicio contra Marcos Fuentes en la Audiencia de Barcelona. El acusado se enfrenta a una pena de prisión permanente revisable por el asesinato de Piedad y Manuel, según ha pedido la Fiscalía. El escrito de la acusación del ministerio público asegura que "Fuentes se dirigió al domicilio de las víctimas para continuar con su plan de depredación, además de evitar las consecuencias del descubrimiento de sus actos previos, atacó a las víctimas utilizando un instrumento cortante y asestó a cada uno de ellos varios golpes con este instrumento, provocándoles múltiples heridas hasta causar la muerte a los dos".
Siguió estafando a ancianos después de matar al matrimonio
Durante el año y medio que duró la investigación de los Mossos d'Esquadra, Marcos Fuentes siguió estafando personas mayores con los mismos métodos. Convencía a ancianos solos o en situación vulnerable a comprar objetos que no necesitaban a un precio tan elevado que en muchas ocasiones las víctimas se veían obligadas a pedir un crédito al banco para poder pagar las adquisiciones a plazos. Los investigadores lo vincularon con el crimen después de encontrar una serie de facturas en casa de Piedad y Manuel por valor de 9.000 euros, en las cuales aparecía el nombre del supuesto asesino y estafador.
Si no lo hubieran pillado a tiempo, habría vuelto a matar: las búsquedas que hizo en Google los últimos meses antes de ser detenido se centraban en cómo drogar a gente con Burundanga y cuando finalmente fue localizado, ingirió una gran cantidad de esta sustancia para intentar suicidarse. No obstante, sobrevivió después de pasar cinco días en coma en el hospital y finalmente será juzgado por sus crímenes.