La Guardia Civil tiene bajo investigación policial a un vecino de Tortosa (Tarragona) por un escalofriante caso de maltrato animal. El hombre, supuestamente, mutiló las colas de tres cachorros de perro de la raza bodeguero, en su casa y sin ningún tipo de formación veterinaria y, por descontado, sin las herramientas adecuadas para llevar a cabo cualquier intervención quirúrgica, todo por razones estéticas, lo cual está determinantemente prohibido por ley. De hecho, la mutilación de las colas o las orejas de los perros solo está permitida en casos en los que haya una necesidad terapéutica para garantizar la salud de los animales, y solo si esta necesidad está acreditada por un informe elaborado por un veterinario colegiado.
Fue una patrulla del Servicio de Protección de la Naturaleza (SEPRONA) quien localizó a los cachorros durante la inspección de unos terrenos de la localidad de L'Aldea. Los animales estaban escondidos dentro de un capazo, entre mantas sucias y todo lleno de manchas de sangre. Al inspeccionar más detenidamente a los perros, se dieron cuenta de que a los tres les habían cortado las colas, dejando las heridas en carne viva y sin tratar, poniendo en riesgo la vida de los cachorros, ya que estaban expuestos a graves infecciones y a pérdida de sangre.
Trasladan a los cachorros al veterinario e identifican al responsable
Inmediatamente, se les trasladó a un centro veterinario para que pudieran recibir el tratamiento adecuado. Los cachorros fueron intervenidos de urgencia para cerrar y desinfectar las heridas y, afortunadamente, no se teme por sus vidas. Paralelamente, la Guardia Civil localizó e identificó al propietario de la finca. Al pedirle explicaciones sobre las mutilaciones, el hombre no pudo acreditar la legalidad de la intervención, por lo que los agentes instruyeron las diligencias por un caso de maltrato animal.