Catalunya se ha convertido en tierra de mafias y cárteles criminales de todo el mundo. Los grupos dedicados al tráfico de drogas, especialmente de la marihuana, han establecido aquí sus campamentos base desde los cuales se dedican a exportar y operar por todo Europa. Uno de los últimos clanes que ha caído en un operativo de la Guardia Civil había montado una compleja infraestructura de producción y tráfico de drogas en las localidades de Igualada, Òdena, Jorba y Mediona (Barcelona). Desde allí, el grupo criminal utilizaba camiones de mercancía legal para ocultar y trasladar grandes cantidades de sustancias estupefacientes por Europa.
La investigación por parte de la Guardia Civil, bajo el nombre de TATARE, se inició el pasado mes de junio cuando el Equipo de Delincuencia Organizada y Antidroga (EDOA) de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de Barcelona tuvo conocimiento de la existencia de un grupo que operaba a gran escala desde Catalunya. Esta organización utilizaba naves industriales acondicionadas para el cultivo de marihuana en zonas rurales de difícil acceso, lo cual dificultaba las labores de vigilancia de los agentes.
Drogas, armas de guerra y empresas pantalla
En julio, cuando ya llevaban un mes de investigación, agentes de la Comandancia de Girona confirmaron que las indagaciones no iban mal encaminadas cuando encontraron un cargamento oculto en un camión con destino a Italia que estaba a punto de cruzar la frontera en la Jonquera. Dentro del vehículo había unos 300 kilos de marihuana envasada al vacío, 266 kilos de hachís y un arma de guerra tipo AK-47, en perfecto estado de funcionamiento. Además, disponía de un sistema de ocultación sofisticado que hacía difícil localizar la droga. Por este motivo, los dos ocupantes del camión, de nacionalidad española, quedaron detenidos.
Gracias a esta intervención, los investigadores pudieron estirar el hilo y descubrir un entramado de empresas que operaban para dar cobertura y logística a las actividades de tráfico de drogas. Una de estas empresas, localizada en Igualada y dedicada supuestamente al comercio de productos relacionados con el cannabis, servía como pantalla para facilitar el transporte y la distribución de grandes cantidades de droga. Con todos los indicios recogidos, el pasado 24 de octubre, se pudo llevar a cabo una segunda fase del operativo con ocho registros en viviendas y naves industriales, desmantelando dos plantaciones interiores con sofisticados sistemas de ventilación, iluminación y fertilización para mantener el crecimiento intensivo de las plantas de marihuana.
Los agentes pudieron confiscar 992 plantas de marihuana, 1.251 esquejes y 736 gramos de hachís a punto para su distribución. También se intervino dinero en efectivo y varias armas en posesión de los detenidos, entre las cuales una pistola Taser, dos defensas extensibles y munición de revólver y escopeta. Finalmente, se detuvieron a diez personas vinculadas al entramado criminal, sed de nacionalidad española, dos de vietnamita y una colombiana. Todos ellos han sido puestos a disposición del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 5 de Igualada.