Este martes por la noche, un autobús que transportaba a un grupo de unos 40 turistas desde la ciudad de Venecia hasta un camping de las afueras, en Marghera, ha sufrido un grave accidente que le ha costado la vida a 21 personas, y otras 15 han resultado heridas. Entre los lesionados hay dos españoles, además de cuatro ucranianos, un alemán, un francés, un croata y dos austríacos.

Entre las víctimas mortales que han podido identificar hay dos niños y una adolescente de unos 14 años, cinco ciudadanos ucranianos, un alemán y el conductor del autocar, Alberto Rizzotto, de 40 años. El autobús se ha despeñado por un paso de nivel que atraviesa la autopista en la localidad de Mestre, alrededor de las siete y media de la tarde. El vehículo ha caído desde una altura de 15 metros entre las vías del tren, y se ha incendiado.

 

Una enfermedad del conductor, posible causa del siniestro

La policía italiana está investigando las circunstancias de este trágico accidente, uno de los peores que se conocen en la región. Entre las hipótesis con las que se trabaja está que el conductor haya perdido el conocimiento después de encontrarse mal; eso explicaría el volantazo que dio y que provocó que cayeran desde el paso elevado, un tramo que transcurre sin ninguna curva, y donde no han encontrado marcas que den cuenta de un frenazo. Una segunda teoría, desmentida por las imágenes de las cámaras de seguridad de los alrededores, era que el autobús, un vehículo eléctrico, se había incendiado antes de despeñarse.

Muchas ambulancias y dotaciones de Bomberos han acudido a la escena del siniestro, y han evacuado de urgencia a 17 personas a los hospitales de Mestre, Mirano, Dolo, Padua y Treviso. De entre los rescatados, dos han perdido la vida de camino a los centros sanitarios, y de los otros 15, seis están muy graves. 

El fiscal jefe de Venecia, Bruno Cherchi, ha informado de que hoy miércoles los especialistas de la policía italiana harán un examen exhaustivo del ocurrido, así como una investigación médico-legal para poder identificar al resto de las víctimas mortales.

La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha expresado su pésame a los familiares y amigos de las víctimas, y ha asegurado estar en contacto estrecho con el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, quien también ha decretado un día de duelo "en memoria de las numerosas víctimas que se encontraba en el autobús; una escena apocalíptica, no hay palabras".