Dos jóvenes de 22 y 23 años han ingresado en la prisión de manera provisional como presuntos autores de dos abusos sexuales a dos niñas de 13 años en Olot (Girona). Los Mossos d'Esquadra los pudieron detener gracias a un vecino de la zona, que tuvo la sospecha de que había una violación en el patio exterior de un edificio y lo grabó todo.
Los hechos pasaron el domingo a las 4:00. Según adelanta ElPuntAvui, un hombre empezó a oír gritos en un domicilio. Fue entonces cuando sacó la cabeza para ver que estaba pasando y pudo comprobar que había chicos de origen sudamericano intentando violar a dos niñas.
Un vecino grabó a los detenidos intentando violar a las víctimas en Olot
Antes de alertar a Emergencias 112, grabó la presunta agresión, que se estaba cometiendo en el patio exterior del edificio. En las imágenes se puede ver como los presuntos violadores tienen los pantalones bajados y, según su testimonio, con actitud de quererlas violar.
Las niñas de 13 años tenían heridas compatibles con una agresión sexual
Cuando los Mossos d'Esquadra se desplazaron hasta el lugar de los hechos, pudieron comprobar que las víctimas estaban medio dormidas y las trasladaron al hospital para que hicieran el informe forense. El médico determinó que las dos tenían heridas en los genitales y que eran compatibles con una agresión sexual. También comprobó que las niñas estaban en estado de somnolencia y sospechaban que las habían drogado.
Detenidos por abusos sexuales a dos niñas de 13 años
No obstante, después de hacer las pruebas correspondientes, no encontraron rastro ni de alcohol ni otras drogas. Según el testimonio de las víctimas, antes de sufrir la agresión, estaban de fiesta con otros chicos. Cuando los policías supieron los resultados de las pruebas ginecológicas detuvieron a los presuntos autores de dos delitos de abusos sexuales a menores. A pesar de la prueba del vídeo que grabó el vecino, ellos lo siguen negando todo.
Ingresan en la prisión de Figueres de manera provisional
Después de pasar a disposición judicial, se ordenó su ingreso en la prisión de manera provisional. Los presuntos abusadores han dado su consentimiento para extraer muestras de ADN y comprobar si se encuentran en el cuerpo de las víctimas, hecho que sería una prueba clave para corroborar los presuntos abusos sexuales.