La lucha para disminuir la siniestralidad en las carreteras catalanas no se detiene y desde el Servei Català de Trànsit han dado un nuevo paso adelante con cuatro nuevos radares móviles más modernos y con mejor tecnología. Se trata de los llamados radares en remolque o carros radar, una nueva generación de radares que cuenta con ventajas con respecto a su autonomía y movilidad, así como para la detección de los vehículos y posterior gestión de la infracción.
Radares fijos, pero que se pueden mover
Los radares en remolque son radares fijos, pero se pueden desplazar a voluntad a cualquier punto de la red vial, ya que no requieren ninguna conexión a la red eléctrica. Utilizan tecnología láser que, más allá de la típica fotografía estática, permite hacer un seguimiento dinámico al vehículo durante unos metros para determinar la velocidad. Lo pueden hacer, además, en varios carriles y en cualquier tipo de vía, desde autopistas en carreteras locales, cosa que permitirá cubrir más territorio para frenar la dispersión actual de la accidentalidad. En este sentido, se ha elaborado un estudio para establecer los puntos con una siniestralidad mayor para poder escoger las ubicaciones. Se colocarán en los márgenes de la carretera y serán visibles para todos los conductores.
Si la autonomía y la movilidad es una de las grandes novedades de estos nuevos radares en remolque, con hasta una semana sin la necesidad de recargar las baterías, la gestión de la infracción y la consiguiente multa no se quedan atrás. Y es que estos cinemómetros trabajan con conexión en internet, cosa que permite gestionar de forma inmediata el expediente correspondiente a la infracción y posibilita a la vez que no sea necesaria la presencia de un agente de tráfico. Además, otro de los puntos fuertes de estos aparatos es su resistencia, ya que están construidos con una carcasa a prueba de vandalismos.
Cuatro nuevos radares en los alrededores de Barcelona
Estos nuevos radares, que tienen la intención de reducir la siniestralidad en las carreteras catalanas, con el objetivo que haya un 50% menos víctimas mortales de cara a 2030, se instalarán de momento en los alrededores de Barcelona. El primero de ellos, de hecho, ya se encuentra en funcionamiento y está situado en el kilómetro 196 de la carretera C-31, a la altura del barrio de Bellvitge de l'Hospitalet de Llobregat. El segundo, que también entrará en funcionamiento este 22 de noviembre, se ubica en el punto kilométrico 141 de la AP-7, en Santa Perpètua de Mogoda, en sentido Tarragona. Los otros dos radares, de momento, todavía no entrarán en funcionamiento.