Yasmin era una modelo que ha aparecido muerta hace pocas semanas en Brasil y los policías están investigando si es un crimen o un asesinato, ya que las circunstancias en que ha muerto son muy extrañas.
Yasmin Cavaleiro de Macedo muere en extrañas circunstancias en Brasil
Los hechos se remontan a mediados de diciembre cuando Yasmin Cavaleiro de Macedo, de 21 años, hizo un viaje en barco por el río Maguari. Cavaleiro, además de modelo, también era influencer y estudiante de veterinaria.
Hacia las 22:00 la joven habló con su madre y, al cabo de una hora, se le perdió el rastro. Aunque los tripulantes de la embarcación sabían que había desaparecido, tardaron muchas horas en denunciarlo, unos hechos que han desconcertado a todo el mundo.
Encontraron su cadáver a 11 metros de profundidad
Al día siguiente, la peor de las hipótesis se acabó cumpliendo: encontraron el cadáver de Yasmin a 11 metros de profundidad. Aunque la hipótesis principal era que habría caído al agua accidentalmente y que habría muerto ahogada porque no sabía nadar, la investigación ha pasado en manos del departamento de Homicidios de la Policía de Brasil, ya que tienen muchas sospechas de que ha sido asesinada.
Algunos testigos han mentido y han hecho declaraciones muy contradictorias
De hecho, según explican los medios de Brasil, los testigos que también estaban en el barco han mentido y han hecho declaraciones muy contradictorias.
"Uno de los testigos dio tres versiones diferentes de lo que había pasado"
"Uno de los testigos dio tres versiones diferentes de lo que había pasado. Primero dijo que Yasmin había entrado en el agua para orinar, después, que cayó accidentalmente. Finamente, dijo que no lo había visto caer y que no se dieron cuenta de su ausencia hasta horas más tarde. Después, otra persona dijo que había bebido, pero tenemos vídeos de sus seguidores donde se ve que no estaba borracha", explica el abogado de la familia a los medios brasileños.
Los cabos sueltos de esta extraña muerte en Brasil
Según la madre de la víctima, el barco iba sobrecargado: tenía una capacidad máxima de ocho personas, pero en realidad había más de 13 personas en su interior. Por si no fuera poco, los policías descubrieron que el tripulante del barco, que había tardado más de siete horas a denunciar la desaparición, no tenía la licencia para conducirlo. La investigación continúa abierta y están intentando averiguar más detalles para aclarar los hechos.