Redouane Tounzi, alías Cheb Redouane, quería "convertirse en el Bertín Osborne marroquí". Para tal efecto abrió un canal de YouTube donde compartía sus conciertos y videoclips cantando los hits musicales de su país de origen. Redouane aprovechó la notoriedad que adquirió en la plataforma para captar ciudadanos marroquíes sin papeles para ofrecerles legalizar su situación de manera más rápida que por la vía burocrática legal, solo con la condición de pagar la módica cantidad de 12.000 euros. ¿El método? Hacerles pareja de hecho con españoles que prestaban sus datos personales a cambio de 8.000. Estas parejas, por descontado, eran falsas, y la Policía Nacional acabó desmontando el entramado criminal cuidadosamente orquestado por Redouane durante una operación el pasado mayo, en la que detuvieron a once personas, entre ellas, al cantante.

Cheb Redouane, de 47 años, se había establecido en un piso de Figueres con su mujer y dos hijos. No se le conocía ningún oficio, pero a menudo cambiaba de coche, todos de marcas y modelos de alta gama, y parecía llevar un estilo de vida de excesos que, a simple vista, no se podía permitir. Después de ocho meses de investigación por parte de los agentes de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras de la Policía Nacional, lo pudieron identificar como el cabecilla de esta organización que juntó sobre el papel a, al menos, 77 parejas de manera fraudulenta, con lo cual la parte marroquí del enlace obtenía el permiso de residencia, legalizando su situación en nuestra casa, con Redouane embolsándose en el proceso más de un millón de euros.

Ramificaciones con mafias internacionales

Después de capturar al líder de esta banda, la investigación continuó. Las pesquisas revelaron que Redouane tenía relaciones internacionales con varias mafias relacionadas con la inmigración ilegal tanto a Francia como a Bélgica. El cantante ofrecía a estas organizaciones inscribir como pareja de hecho con personas españolas a los inmigrantes irregulares que vivían en estos países, lo que les permitía volver con papeles europeos, facilitándoles bastante la residencia en estos países gracias a las reglas de libre circulación del espacio Schengen.

El fraude fue descubierto, sin embargo, y quien quería convertirse en el "Bertín Osborne marroquí" ha acabado procesado por un delito de falsedad documental, pertenencia a organización criminal y favorecimiento de la inmigración ilegal, junto con el resto de los detenidos de la banda. A pesar de todo, ha quedado en libertad, con varios antecedentes también por violencia de género, ruptura de condena, amenazas y lesiones.