¿Quién no ha visto nunca una película en el cine o una serie de televisión en que detrás de un armario se esconde una cámara secreta? ¿Una estantería llena de libros en que si mueves el indicado se te abre una puerta secreta? Una cosa por el estilo es lo que los Mossos d'Esquadra se han encontrado en la vida real, concretamente en una nave industrial del polígono Can Misser de Canet de Mar, en el Maresme. Lo que se escondía tras el mueble, sin embargo, ya no ha sido ninguna sorpresa para los agentes: varios cultivos de marihuana con centenares de plantas, casi llegando a las 1.000.
Fueron los agentes de la Policía Local de Canet de Mar los que alertaron los Mossos d'Esquadra de la sospecha de que en el interior de dos naves industriales de la localidad podría haber alguna plantación de marihuana. Agentes de la Unidad de Investigación de Arenys de Mar se hizo cargo del caso y, en coordinación con el cuerpo municipal y con técnicos de la compañía eléctrica, pudieron determinar que eran tres las naves del polígono de Can Misser en las cuales había cultivos de esta sustancia estupefaciente. Las tres tenían una conexión eléctrica fraudulenta y habían defraudado más de 150.000 euros en electricidad.
Centenares de plantas escondidas tras una estantería
Después de recoger bastantes indicios, el pasado 26 de febrero, agentes de los Mossos y de la Policía Local accedieron a dos de las naves, donde intervinieron casi 1.000 plantas de marihuana, más de 4.500 euros, dos armas de aire comprimido y un arco con flechas. Un día después hicieron una entrada y registro en la tercera nave donde encontraron unas 1.000 plantas de marihuana. Centenares de las plantas intervenidas, en diferentes fases de crecimiento, estaban escondidas tras una estantería de lo que, a simple vista, parecía una oficina normal y corriente. Dos hombres de 57 y 60 años, de quienes los Mossos no han querido facilitar la nacionalidad, fueron detenidos por un delito de tráfico de drogas y de defraudación de fluido eléctrico.