En Vallfogona de Balaguer (Lleida) había ocho mujeres retenidas contra su voluntad y explotadas sexualmente en condiciones de esclavitud después de haber sido captadas en sus países de origen con promesas de una mejor vida en Catalunya. Sin embargo, tan pronto como pusieron un pie fuera del avión que las tenía que llevar hacia un futuro mejor, tres proxenetas -dos de nacionalidad dominicana y una española- las trasladaron o bien a un club de alterne o bien a un piso-prostíbulo, pero con la misma finalidad: vender su cuerpo con la excusa que solo así podrían saldar la deuda que habían contraído con los delincuentes cuando accedieron a que les pagaran el viaje, se encargaran de obtener documentación para ellas y proporcionarles una habitación donde alojarse.
Todo eso llegó a conocimiento de la Policía Nacional a raíz de la denuncia de una persona presentada a través del Servicio de Atención de Víctimas de Trata de Seres Humanos, según la cual, manifestaba conocer a mujeres que encajaban en esta definición en dos locales de Vallfogona. Inmediatamente, se puso en marcha una investigación que tenía como objetivo aclarar el número de posibles víctimas, así como las circunstancias en las que estaban en este municipio. Después de varios meses recopilando pruebas, un Juzgado autorizó la entrada y registro del club y del piso denunciados.
Obligadas a prostituirse bajo un control férreo las 24 horas del día
En el club localizaron a ocho mujeres -tres en situación irregular- que se identificaron como víctimas de trata de personas y manifestaron su voluntad de marcharse con los agentes a comisaría para poder recibir protección y asistencia. En su relato de los hechos explicaron cómo los proxenetas las engañaron a sus países de origen para traerlas a Catalunya, donde acabaron cayendo en la prostitución forzada. Vivían en condiciones infrahumanas, siendo obligadas a vender su cuerpo incluso cuando estaban indispuestas, en condiciones laborales abusivas y con limitación de sus movimientos fuera del prostíbulo, ya que las tenían vigiladas las 24 horas del día.
Los supuestos proxenetas las tenían retenidas con amenazas de dejarlas a merced de las autoridades al estar en situación de irregularidad, algunas de ellas, e incluso habiéndoles retirado sus pasaportes para que no pudieran escapar. Aparte de los servicios sexuales, las mujeres hablaron de actividades relacionadas con el tráfico de drogas; efectivamente, durante el registro se encontraron 135 pastillas de viagra, cocaína, marihuana y anfetaminas, así como básculas de precisión y herramientas para el corte de las drogas, y 23.550 euros en efectivo.
Cuatro víctimas más se presentan en comisaría días después
Con todo, se detuvo a los tres hombres, dos dominicanos y un español, acusados de los delitos de tráfico de seres humanos con fines de explotación sexual, prostitución, contra los derechos de los ciudadanos extranjeros, contra la salud pública, contra la intimidad y la propia imagen y pertenencia a grupo criminal. A estas alturas, los tres han ingresado en la cárcel.
Días después de la operación, cuatro mujeres se presentaron en comisaría. Tres decían ser víctimas de prostitución y la cuarta de tráfico de personas, en relación con los hechos investigados en Vallfogona de Balaguer por la Policía Nacional.