Golpe contra una mafia chilena que ocultaba cocaína en tractores para llevarla hasta Francia. La Policía Nacional, en una operación conjunta con la Policía Nacional francesa y la Policía de Investigaciones de Chile, ha desarticulado una organización criminal que introducía en Europa cocaína, procedente de Bolivia, escondida en maquinaria agrícola. En total, han detenido a trece personas, cuatro en Francia y nueve en Chile. La ruta utilizada para ello era completamente de ultramar. Primero, el estupefaciente andino boliviano era trasladado hasta Valparaíso desde donde zarpaba el barco hasta el puerto de Barcelona y desde aquí era transportado hasta Perpinyà.

 

Esta gran ruta marítima (y terrestre) de la cocaína andina era posible gracias a que el cártel también fabricaba maquinaria agrícola con la finalidad de enviar el estupefaciente escondido en los rodillos de las compactadoras de tierra. La investigación se inició por parte de la Policía de Investigaciones de Chile (PDI) cuando detectaron una nueva y potente organización criminal, la cual pretendía importar a su país grandes cantidades de clorhidrato de cocaína procedente de Bolivia. Los agentes detectaron que esta importación de drogas no era para venderlas en Chile, tan solo era lugar de tránsito y el destinatario final de la mercancía era Europa, concretamente Francia, con escala en España.

Investigación y detenciones en Francia y Chile

Por ello, el PDI chileno se puso en contacto con la UDYCO Central de la Policía Nacional y pudieron establecer que el destino final de la exportación del estupefaciente era el puerto de Barcelona y desde ahí se distribuía por carretera y vía Perpinyà al resto de la Unión Europea. Por todo ello, se inició la colaboración policial entre los cuerpos chileno, español y francés, que permitió establecer un dispositivo conjunto en la localidad francesa de Claire, alrededor de la empresa destinataria de esta cocaína que había llegado desde Valparaíso a Barcelona.

El operativo conjunto, entre Policía Nacional, Policía de Investigaciones de Chile y Policía Nacional francesa, se basó en una entrada y registro en Francia, donde se detuvo a cuatro integrantes de la organización. Estos eran los encargados de desmontar las máquinas y recopilar el estupefaciente con el objetivo de distribuirlo por todo el continente europeo. Intervinieron 70 kilos de clorhidrato de cocaína y se dio por desarticulada la mafia en su ramificación en Europa, decretando las autoridades francesas el ingreso en prisión para todos los arrestados. Por otro lado, se actuó más tarde en Chile, donde se detuvo a nueve personas y se imputó a otras tres, desmantelando así la ramificación en América cuando estaban construyendo más maquinaria agrícola para enviar la droga al puerto de Barcelona.