Noche movida en la ciudad de Girona. Hacia las tres y media de la madrugada, los Mossos d'Esquadra han recibido el aviso que se estaba produciendo una pelea multitudinaria entre una decena de personas en la plaza de Miquel de Palol. Hasta el lugar se han activado varias patrullas de la policía catalana, que al llegar se han encontrado dos grupos de jóvenes agrediéndose mutuamente a golpes de tapa de sumidero. Al ver la presencia policial, los chicos han intentado huir deprisa y disuadirse, pero los agentes los han podido parar.
Los policías han interrogado los implicados de los dos lados, que se acusaban los unos a los otros del robo de un teléfono móvil. Los agentes, sin embargo, no han encontrado el supuesto terminal en ningún sitio. Los implicados no han querido denunciar los hechos a los Mossos y también se han negado a recibir asistencia médica por parte de los sanitarios del SEM, aunque algunos de ellos estaban heridos y presentaban lesiones. Una vez disuelta la reyerta y sin que se quisiera presentar ninguna denuncia, los Mossos se han marchado del lugar después de recolocar las tapas de sumidero en el lugar de donde las habían sustraído.
Uno de los heridos ha robado un móvil en el hospital poco después
Un rato más tarde, hacia las cinco y cuarto de la madrugada, tal como ha adelantado el Diari de Girona, los Mossos d'Esquadra han recibido un aviso del hospital Josep Trueta en que alertaban de que había un grupo de chicos en Urgencias que habían ido al centro para que les curaran unas heridas que se habían hecho poco antes durante una pelea. Uno de los jóvenes, con un golpe en la cara con una tapa de sumidero, aprovechando el momento en que los estaban atendiendo, había robado el teléfono móvil a una de las enfermeras que lo había dejado cargando.
La policía catalana se ha desplazado hasta el centro hospitalario y, cuando han llegado, se han encontrado con que los vigilantes de seguridad habían conseguido retener a algunos de los chicos, pero no al que había sustraído el teléfono. Gracias a la descripción facilitada por los testigos, han montado un dispositivo de búsqueda por la zona y lo han encontrado en un supermercado de la avenida de Francia, justo en el momento en que intentaba esconder el teléfono móvil robado bajo los carritos de la compra que hay en el exterior del establecimiento. Los agentes han detenido al chico, de 18 años y con varios antecedentes, acusado de un delito de hurto. Además, han recuperado el dispositivo, valorado en más de 400 euros, y se lo han devuelto a su propietaria.