Había una vez tres cerditos que una noche muy fría decidieron entrar en un supermercado, querían protegerse del frío, y tenían mucha, mucha hambre... Este podría ser el inicio de una variante del cuento "Los tres cerditos", pero no, no tiene nada de fantasía, es del todo real.
La nueva aventura de los tres cerditos
Y es que tres cerdos, la madre y sus dos cochinillos, se han escapado de una granja y han llegado hasta la ciudad de Tyumen, en Siberia. Una vez allí, han encontrado un supermercado y no han dudado en entrar sin importarles demasiado la gente que había dentro.

Los tres cerditos se han querido proteger de una intensa nevada / VK.com
Según publica Metro, los tres cerdos se han querido proteger de una intensa nevada, y es por ello que han buscado refugio en el supermercado. Pero mientras estaban dentro han aprovechado para pasearse por los pasillos del establecimiento e inspeccionar qué había en enormes estanterías.
Los cerdos no son tontos
Lo más sorprendente, sin embargo, es delante de qué estante se detienen y el contenido de qué botellas deciden probar.
It's Christmas Eve in Russia today. And these pigs from the Siberian city of Tyumen decided to do a bit of last minute Cognac shopping... pic.twitter.com/DxPfBDiTV9
— Bryan MacDonald (@27khv) January 6, 2020
Como se puede ver en el vídeo colgante en las redes sociales, los cerdos tiran unas botellas de güisqui sin querer, pero aprovechando que se han roto y el líquido dorado se ha derramado por el suelo, no dudan al bebérselo.
¿Una pocilga o una tienda?
Las imágenes de los cerdos se han hecho virales y algunos clientes han aprovechado para expresar su malestar: "¿Esto es una pocilga o una tienda?". Otros, en cambio, se lo han tomado con más sentido del humor: "A todos nos gusta una copita en esta época del año".
¡Para casa!
Desgraciadamente para ellos, los cerdos no han podido disfrutar demasiado de la fiesta ya que los encargados del supermercado se han apresurado a sacarlos del establecimiento. Posteriormente, la policía los ha devuelto a su granja.
Desconocemos en qué estado han llegado y cómo han rendido al día siguiente de la fiesta, por aquello de la resaca.
