Anna Nicole Smith, stripper, modelo y conejita de Playboy murió en la suite de un hotel en Miami, Estados Unidos, por un cóctel mortal de medicamentos, una infección y una gripe. Tenía 39 años y su juventud había sido más que intensa.

Pero el acoso de la prensa, la ansiedad por cumplir los imposibles cánones de belleza y varios golpes de mala suerte la sumieron en una constante angustia que necesitó calmar a golpe de pastilla, desencadenando el trágico final.

De Vicky a Anna Nicole

Victoria Lynn Hogan era una niña de Texas que aspiraba a salir en las portadas de las revistas. Tras abandonar sus estudios de instituto a los 15 años, inició una intensa vida que acabó 24 años después en el Seminole Hard Rock Hotel and Casino de Miami. Su gran ejemplo a seguir: Marilyn Monroe, a la que imitaba e idolatraba.

En 1984, con 17 años, conoció a Billy Wayne Smith trabajando juntos en un establecimiento de KFC. Y cuando ella cumplió 18 años, se casaron en el condado de Limestone, Texas.

Durante el corto matrimonio, Anna Nicole se quedó embarazada de su primer hijo, Daniel. Sin embargo, se separó de Wayne Smith en 1987 por malos tratos, huyendo con el niño hasta Houston, donde empezó a trabajar como stripper en un club nocturno.

Matrimonio multimillonario

Fue allí donde en 1991 la descubrió su segundo marido, el petrolero multimillonario J. Howard Marshall II. Cuando el hombre tenía 89 años y ella 26 se casaron, y tan solo 14 meses después, en 1995, Marshall moría de cáncer de estómago. La herencia del fallecido llevó a los tribunales a sus hijos y a Anna Nicole.

Anna Nicole Smith en sus inicios / Archivo

Anna Nicole Smith en sus inicios / Archivo

Su gran oportunidad llegó de la mano de la revista Playboy, donde salió en portada en marzo de 1992. El siguiente año, el magnate de las conejitas, Hugh Hefner, la nombró modelo del año con el nombre Vicky Smith.

A partir de entonces, todo siguió rodando y el fundador de Guess, Paul Marciano, le ofreció ser la imagen de sus icónicos pantalones vaqueros.

Sustituta de Claudia Schiffer para Guess

Marciano relataba su primer encuentro con ella en una entrevista en 2017: "La encontré en San Antonio. Hice que el fotógrafo que venía conmigo para la sesión de niños la fotografiara en el acto. La llevé a Nueva York, le conseguí un agente y le cambié el nombre. Para mí, era Anna, pero Anna Smith no sonaba bien, así que la convertimos en Anna Nicole Smith".

Anna Nicole Smith en una campaña de Guess / Archivo

Anna Nicole Smith en una campaña de Guess / Archivo

Bajo ese nuevo nombre, Smith sucedió a Claudia Schiffer como imagen de la marca. Paralelamente, el proceso legal por la herencia de Marshall la hizo entrar en bancarrota tras varias demandas por parte de hijo del millonario, Pierce.

Y la situación económica abocó a la modelo a la adicción a los analgésicos, que le provocaron una sobredosis por la que quedó en coma en 1996. Tras pasar por un proceso de desintoxicación, volvió a caer en 2011, cuando se le desgarró un pezón a causa de la rotura de uno de sus implantes de pecho y tuvo que volver a las pastillas.

Analgésicos y bancarrota

"Tenía una personalidad tan magnética, pero se notaba que era frágil", contaba Marciano en la misma entrevista. "El éxito llegó y la gente la reconoció. Comenzó a tomar pastillas porque no podía dormir y a mezclarlas con alcohol. Dejé de trabajar con ella porque no podía lidiar con eso. Le dije: 'Hemos terminado. ' Después de eso, conoció a las personas equivocadas, y creo que eso fue todo".

Su último marido, Howard K. Stern, la acompañó a las Bahamas el 7 de septiembre de 2006 para dar a luz a su segunda hija, Dannielyn.

Y la desgracia llegó tres días después, cuando el hijo mayor de Smith, Daniel, moría junto a ella en la cama del hospital con tan solo 19 años de una sobredosis de metadona y ansiolíticos.

Un bebé y la muerte de su hijo

Durante el inicio del fin conoció a Larry Birkhead, fotógrafo que se convirtió en su pareja secreta y que resultó ser el padre de la niña recién nacida, aunque eso se descubrió mucho más tarde, con Anna Nicole ya muerta y cinco hombres asegurando ser el progenitor de la bebé, que aspiraba a una jugosa herencia.

Anna Nicole y Larry Birckhead / Archivo

Anna Nicole y Larry Birckhead / Archivo

Todo se acabó truncando el 8 de febrero de 2007. Recién llegada de las Bahamas para comprar un yate con Stern, el día 5 ya se encontraba mal: tenía una gripe con fiebres y sudores, que se le juntó a una infección en los glúteos por las diversas inyecciones que se ponía de vitamina B-12 y hormonas del crecimiento para mantenerse joven.

Pero se negaba a ir al hospital, ya que quería evitar a la prensa que la acosaba a raíz del juicio por la herencia de su marido fallecido, Marshall.

Hormonas de crecimiento, ansiolíticos y antidepresivos

La guinda fue un cóctel mortal de al menos nueve medicamentos con receta, la mayoría de ellos ansiolíticos y antidepresivos, que mezcló con un jarabe para dormir. Se trataba de hidrato de cloral, un sedante antiguo y raramente recetado que también fue uno de los factores en la muerte de su ídolo, Marilyn Monroe, en 1962.

Se lo había recetado su amiga y psiquiatra, la doctora Khristine Eroshevich, para poder dormir tras la muerte de su hijo Daniel.

Según se pudo saber luego por parte del médico forense Joshua Perper, la dosis recomendada de hidrato de cloral es de una a dos cucharaditas antes de acostarse, pero Smith a menudo tomaba dos cucharadas o incluso bebía directamente de la botella.

Las últimas horas de Anna Nicole Smith

Al no encontrar signos de criminalidad en el cadáver y descartar un suicidio, el doctor sospechaba que la modelo no sabía lo fatal de la combinación que estaba tomando antes de morir, que le provocó el vómito, en que murió ahogada.

En la mesilla de noche de la suite se encontraron varios frascos de pastillas, latas de refrescos, SlimFast -sustitutivos de la comida para adelgazar-, chicles de nicotina y una caja abierta de Tamiflu -antigripal.

Las últimas horas de vida estuvieron llenas de sudores, delirios y convulsiones, un dolor enorme por la pérdida de su hijo y un personaje que se rompía bajo la presión de los medios y cánones de belleza que la catapultaron a la fama y la acabaron enterrando como a su ídolo, Marilyn Monroe.