Condenan a siete años de cárcel a un sacerdote jesuita del colegio de la congregación en Gijón, Asturias, por cuatro años de abuso sexual a una niña con la que mantuvo una relación y a quien aseguraba que quería.

El relato de una víctima de abusos sexuales en Gijón

Según el fallo judicial, todo empezó en 2006, cuando la víctima tenía 12 años y el sacerdote 36 y se conocieron.

Pero hasta el año siguiente no empezó la relación de abusos que ha causado un trastorno a la víctima, actualmente en tratamiento.

Fue en el espacio 'Llar', destinado al uso creativo y educativo del tiempo libre en el colegio. Durante esos momentos entablaron una cordial relación que fue desarrollándose.

La víctima, con 13 años, se enfrentaba al divorcio de sus padres, en cuyo juicio tenía que declarar.

El sacerdote aprovechó su debilidad para convertirse en su confidente y "haciéndole sentir una persona muy especial".

Se intercambiaron las direcciones de correo electrónico y empezaron los mensajes inapropiados del religioso, en los que aseguraba "que la quería", "que no era de piedra" y la llamaba "solete" y "princesa".

Persona utilizando ordenador / Pickpik

Todo empezó con mensajes electrónicos en los que el sacerdote aseguraba "que la quería" y que era su "princesa" / Pixabay

El fallo judicial también muestra mensajes en sus cartas, con fecha de julio de 2012, que demuestran estas relaciones, con frases como: "desde febrero esto estaba herido de muerte. Y sin embargo me acosté contigo" o "No hay historia de amor en el mundo más bonita que la nuestra".

"No hay historia de amor en el mundo más bonita que la nuestra"

En el curso siguiente, el agresor fue destinado a México y a modo de despedida, se vio con la víctima en el 'Llar', donde la besó en los labios en dos ocasiones distintas.

Y no eran los primeros tocamientos, ya que en su despacho y más de una vez, había tocado los glúteos y besado en el cuello a la menor.

Durante su ausencia, la víctima le contó su historia a una amiga, pidiéndole que guardase silencio.

También le dijo que se habían besado en la boca a su prima. Además, siguió comunicándose por correo electrónico y telefónicamente con él.

Abuso sexual / Pixabay

Durante años, el sacerdote realizó tocamientos a la menor en su despacho y en otros lugares / Pixabay

En mayo de 2009, el sacerdote regresó de México, y ya finalizado el curso, en los meses de mayo y agosto, facilitó a la víctima, que tenía 14 años, el acceso al 'Llar' y a su despacho, donde se besaban y acariciaban, habiendo tocamientos en senos y glúteos por encima de la ropa a la menor.

También quedaban por las noches para verse en el parque de Isabel la Católica o a pasear por el Muro de San Lorenzo o por el Puerto Deportivo de Gijón.

El 14 de agosto de 2009, la amiga de la víctima vio como el sacerdote abrazaba a la víctima por detrás y la besaba en la mejilla.

Un sacerdote jesuita abusó de ella en una relación de cuatro años

A finales del mes de agosto de 2009, fue trasladado a La Coruña. Desde allí realizó diversos viajes a Gijón en los que se vio con la menor.

Según el relato judicial, cuando la menor tenía 15 años, en lugares apartados y en el interior del coche de él, mantuvieron relaciones sexuales que consistían en masturbaciones mutuas.

El 31 de octubre de 2011, cuando la víctima tenía 17 años y estaba en segundo de Bachiller, el acusado mantuvo una relación sexual con penetración con ella.

Parking Sexo Maresme

Mantenían relaciones sexuales en el vehículo del sacerdote mientras la víctima era menor / Pixabay

Meses después, en febrero de 2012, la menor intentó romper la relación amorosa con el procesado, pero fue imposible debido a la gran dependencia emocional que había desarrollado hacia él.

Sobre el mes de mayo o junio de ese año, volvió intentar dejarlo, e inició una relación sentimental con su actual pareja.

Igualmente, el jesuita le siguió contactando, y hasta septiembre siguieron teniendo encuentros de carácter sexual.

Trastorno ansioso depresivo en tratamiento

A consecuencia de estos hechos, la víctima sufre un trastorno de tipo Ansioso-Depresivo, y se encuentra en tratamiento en la actualidad.

No es el único acoso de este sacerdote hacia una menor: en 2019 fue denunciado en Comisaría por conductas inapropiadas con una alumna del Colegio Sagrado Corazón de Logroño.

Actualmente, también tiene abierto un expediente de investigación previa en la Compañía de Jesús, que ha desconectado su perfil de todas las redes sociales, le ha prohibido cualquier trato directo o digital con menores y no puede ausentarse de la comunidad religiosa de Madrid-Cantoblanco sin permiso expreso del superior de la Comunidad.

Por los cuatro años de abuso sexual a la víctima de Gijón, además de la pena de cárcel, se le condena a inhabilitación para el desempeño de actividades docentes y de cualquier otra relacionada con menores de edad, con una duración de 6 años; una orden de alejamiento de 500 metros de la víctima, su domicilio y lugar de trabajo, así como cualquier comunicación con ella durante siete años y tres meses.

El jesuita tenía antecedentes con otras menores

En el juicio han declarado la amiga de la menor, testigo de los acercamientos, el de la prima a quien la víctima relató lo que pasaba, la madre de la menor, que habló de la depresión que tuvo en bachiller y del enfrentamiento telefónico con el sacerdote para poder ver a su hija.

La madre también ha sentenciado que avisó en el colegio de la extraña relación entre el sacerdote y su hija, donde le quitaron importancia al asunto.

La sentencia habla de "superioridad manifiesta" por la diferencia de edad que media entre ambos (24 años), con la consiguiente desigualdad de madurez y bagaje vital de uno y otra.

Además, se tiene en cuenta la posición que cada uno ocupaba en el centro escolar donde se entabló y desarrolló esa relación, la temprana edad de la menor, 13 años, en la que comenzó a realizar actos de contenido sexual con ella.