El hombre que este sábado al mediodía disparó contra dos jóvenes en la zona de la calle del Maresme, al distrito de Sant Martí (Barcelona), todavía no se ha podido detener. La policía lo tiene identificado, sabe quién es y por qué zona se mueve, pero, ahora mismo, todavía no se ha podido detener.

Según las primeras informaciones policiales, que todavía están siendo investigadas por agentes del Área de Investigación Criminal (AIC), el hombre que está en busca y captura abrió fuego con una escopeta de perdigones cuando quiso defender una plantación que había en el interior del piso y que dos jóvenes  intentaron robar, según la versión inicial de los Mossos. Es lo que se conoce en el argot policial como un "vuelco" o "narco asalto", cuando otros narcotraficantes intentan hacerse con la droga de otra organización.

 

Cuando los dos intentaron acceder en la casa, una edificación baja, conectada con otras casas, abrió fuego e hirió, todo y que sin dejarles heridos críticos, a los dos hombres. Lo que pasó después, ya es conocido. Informaciones que consiguieron los Mossos d'Esquadra de los mismos heridos y también de testigos hacían pensar que el pistolero estaba en el interior y se escaló un dispositivo para acceder al interior y poder detenerlo.

No había nadie en la casa

Después de horas de asedio, de haber intentado negociar con el hombre con agentes de la Unidad Central de Secuestros y Extorsiones (UCSE), que tienen un equipo de negociadores, se decidió asaltar el piso con agentes del Grupo Especial de Intervención (GEI), pero la sorpresa fue que el hombre ya se había escapado. Durante parte del operativo los Mossos d'Esquadra tuvieron desplegados sobre la zona el helicóptero y también drones, pero nadie detectó como se pudo escapar. La casa donde se escondía está conectada con otras edificaciones, sea de manera natural, o por terrados interiores, y se cree que fue por aquí como pudo eludir los Mossos.

Mossos d'Esquadra - Sant Martí / ACN - Sílvia Jardí

Imagen del operativo del sábado por la tarde en Sant Martí, en Barcelona / Sílvia Jardí

Cuando se pudo asegurar la zona, en el interior del piso los Mossos d'Esquadra encontraron, en dos habitaciones diferenciadas, 600 plantas de marihuana. Lo que primero parecía un enfrentamiento entre vecinos por uns posible ocupación rápidamente quedó descartado y la policía empezó a trabajar con una línea de investigación relacionada con el tráfico de marihuana.

De madrugada se presentó un hombre, de 57 años y de nacionalidad española, en el piso, que quedó arrestado por un presunto delito de salud pública. Según la policía, el hombre detenido es otro de los responsables de la plantación que descubrieron al interior del piso y por eso quedó detenido por un presunto delito de tráfico de drogas.

Los dos jóvenes tiroteados con una escopeta de perdigones están fuera de peligro y siguen ingresados, a la espera también de poder ser interrogados por los Mossos d'Esquadra.

La marihuana, un peligro

No es nuevo que el tráfico de marihuana ya sea uno de los principales problemas delincuenciales en Catalunya. Cada vez hay más plantaciones y las organizaciones criminales cada vez muestran más violencia para protegerlas o para luchar zonas de venta.

El caso de Sant Martí parece ser un nuevo caso de esta escalada de violencia que, solamente el año pasado, dejó a varios muertos a Catalunya. Un narco asalto como el de este sábado, en Rubí o Navarcles, acabó con víctimas mortales el año pasado. Los Mossos d'Esquadra tienen varios planes operativos concretos para luchar contra este tipo de negocio, que cada vez impregna más a la sociedad, y que también ha llegado a corromper a algunos policías, como la trama que se destapó en Llinars del Vallès.