Toni es un hombre que ha sido condenado por maltratar a su exmujer y que este fin de semana, presuntamente, ha asesinado a cuchilladas a su hijo, un niño de 11 años. El hombre ya había amenazado a la mujer diciendo que "le amargaría la vida" y ha acabado cumpliendo con sus amenazas.

En julio del 2021, Toni y su mujer se divorciaron y acordaron la custodia compartida del hijo que tenían en común, Jordi, un niño de 11 años. No obstante, un mes después del divorcio, se celebró un juicio contra Toni por maltratar a su exmujer. Fue condenado a 40 días de trabajos a la comunidad, ocho meses de alejamiento y prohibición de comunicación con la víctima y 16 meses y dos días de prohibición de tenencia de armas.

Hay una sentencia condenatoria por violencia de género

A partir de esta sentencia condenatoria, la custodia pasó a manos de la madre y se suspendió el régimen de visitas con el maltratador. No obstante, los dos firmaron el régimen de custodia compartida y no informaron en ningún momento de la sentencia por maltrato, que establecía que la custodia la tenía que tener la madre, de manera tal que siguieron con el régimen de visitas.

Guardia Civil / Europa Press

Toni es un maltratador que está detenido por, presuntamente, haber asesinado a su hijo de 11 años en Sueca (Valencia) / Europa Press

Este sábado Jordi le tocaba pasar el fin de semana con su padre en su casa, en un domicilio situado en la calle Rafael Hervás número 3 de Sueca. El domingo, después de comer, tenía que llevar al niño a casa la madre, pero no lo hizo y la mujer, de 44 años, se empezó a preocupar y alertó a Emergencias.

Asesinó a su hijo de 11 años a cuchilladas en Sueca

Cuando los agentes de la Guardia Civil entraron en el interior del piso, pudo comprobar que el niño había sido asesinado a cuchilladas y detuvieron a Toni como presunto autor de este parricidio, que ha causado gran conmoción en Sueca.

Toni la amenazó diciendo que "le amargaría la vida"

Según explica Levante EMV, Toni había incumplido la orden de alejamiento en numerosas ocasiones, pero eso no tuvo consecuencias penales. El parricida ya había dado indicios de lo que haría: amenazó a su expareja diciendo que le tocaría lo que más le doliera (haciendo referencia a su hijo) y que "le amargaría la vida".

No obstante, ni estas amenazas, ni los incumplimientos de las órdenes de alejamiento, ni la sentencia condenatoria fueron suficientes para proteger al menor de edad, que ha muerto en manos de su propio padre, que actualmente, está custodiado en el cuartel de la Guardia Civil.