Megan Brouwer, una mujer australiana de 36 años, sufrió la mordedura de una serpiente mortal en el Parque Nacional Karijini, ubicado al oeste del país oceánico. En el momento del ataque, Brouwer se encontraba con su hijo de cinco años y su marido. La ciudad más cercana a este lugar está a 700 km de distancia.

Brouwer tuvo que aguantar siete horas hasta ser atendida, ya que es lo que tardaron en llegar hasta allí los servicios de emergencia. El Parque Nacional Karijini es un lugar realmente remoto, alejado de grandes ciudades y tiene un acceso muy complicado por sus grandes desfiladeros y ríos.

La víctima, su hijo pequeño y su marido habían terminado la caminata y se disponían a regresar a Knox Gorge, que está a más de 35 kilómetros de distancia, cuando Megan Brouwer gritó una palabra que alertó a su esposo: "¡serpiente!", este animal la había mordido rápidamente y estaba huyendo de la familia Brouwer.

Las declaraciones de Megan Brouwer

La víctima atendió a los compañeros de ABC News para hablar del brutal ataque de esta serpiente, que es extremadamente venenosa: "Supe por el ruido que hizo la serpiente que la tenía muy cerca, yo pegué un salto y después me vi la pierna y tenía una herida con bastante sangre", dijo.

Tuvieron que trasladarla por un río Twitter
Tuvieron que trasladarla por un río / Twitter

La víctima tuvo un golpe de suerte tremendo, cerca del lugar en el que la serpiente la atacó había un médico paseando por la zona. Atendió a Megan poco después y pudo ayudarla aplicándole primeros auxilios, le colocó una venda para que el veneno no se propagase y avisó a las autoridades con su teléfono de satélite.

El marido de Megan Brouwer intentó pedir ayuda con su teléfono móvil, pero lo tenía apagado y cuando lo volvió a encender no era capaz de hacer llamadas, tampoco a los servicios de emergencia para que fueran hasta Karijini a atender a su mujer.

La travesía de los servicios de emergencia

Hasta el lugar de los hechos fueron los guardabosques del parque de Karijini, algunos agentes de la policía local, los voluntarios de St John Ambulance y miembros del Servicio de Emergencia del Estado. Pese a ello, tardaron casi siete horas en llegar por la enorme distancia que hay y el difícil acceso que tiene la zona en la que sucedió el ataque de la serpiente.

Los miembros del Servicio de Emergencia del Estado atendieron a Megan en cuanto llegaron a su posición, pero tenían que llevarla urgentemente hasta el hospital más cercano. Incluso tuvieron que pasar por varios tramos con mucha agua en los que el cuerpo de la víctima estaba flotando encima de la camilla.

Megan habló sobre esta peculiar travesía y lo peligrosa que era: "El camino en sí se estrechó bastante al borde del acantilado, y maniobrar una camilla alrededor de los árboles y subir por la pared del acantilado me daba bastante miedo", dijo.

Afortunadamente, la serpiente que mordió a Megan, una gwardar (Pseudonaja nuchalis), no llegó a inyectarle el veneno, le hizo lo que los expertos llaman una "mordida seca" en la que los colmillos del animal causan daño superficial, pero no llegan a lanzar veneno.