A mediados de junio Jaume López, un mosso de escuadra de Seguridad Ciudadana de Sant Feliu de Guíxols, salvó la vida de Bryan Gabino, un chico de 22 años. El joven se estaba ahogando con la comida en Platja d'Aro (Bajo Empordà). Dos meses después –con una baja médica de por medio- se han reencontrado.

Un chico se ahogaba en la playa

Ocurrió el 16 de junio al mediodía. El mosso estaba fuera de servicio y estaba comiendo con su mujer y unos amigos en un restaurante del Passeig del Mar de Platja d'Aro. De repente se oyeron gritos y Jaume vio a una chica pidiendo ayuda en la Platja Gran. "Lo primero que te viene a la cabeza es que alguien se está ahogando", explica, según ACN. "Me levanté rápido y salí corriendo", relata.

Jaume López y Bryan Gambino / ACN

Jaume López y Bryan Gambino / ACN

El joven que se estaba ahogando, un chico de 22 años y vecino de Mollet del Vallès, estaba pasando el día en la playa con su pareja y la familia. "Hacía mucho sol, estaba jugando, me senté a comer y el error que cometí fue darme un baño rápido y volver a sentarme a comer", explica Bryan. De repente empezó a notar que la mandíbula se le dormía y el brazo izquierdo se le paralizaba. Pudo tocar a su pareja para avisarla y ya no recuerda nada más.

Rescate in extremis

Jaume acudió al lugar de los hechos deprisa, pero Bryan ya estaba inconsciente y presentaba síntomas claros de ahogo. Se le había quedado comida bloqueada en las vías respiratorias. Jaume comprobó que llevaba unos minutos sin oxígeno y enseguida le abrió la boca para sacarle la lengua que le obstruía la salida de la comida y la respiración.

Jaume López y Bryan Gambino / ACN

Jaume López y Bryan Gambino / ACN

Una vez consiguió desbloquearle las vías le hizo la maniobra de Heimlich, también conocida como compresiones abdominales, que consiste en una maniobra de primeros auxilios para desobstruir el conducto respiratorio. Le hizo entre seis y siete veces hasta que consiguió que expulsara la comida.

Cuándo empezó a recuperar la conciencia, lo puso en posición lateral de seguridad hasta que llegaron las dotaciones de la Policía Local y los socorristas de la playa.

La rapidez de la actuación fue crucial para que Bryan no entrara en parada cardiorrespiratoria. "Ya no tenía oxígeno y seguramente en uno o dos minutos la podría haber tenido", recuerda el mosso.

Un "ángel" que le salvó la vida

Para Bryan, recoge la ACN, Jaume fue un "ángel" que le salvó la vida cuando ya prácticamente había tirado la toalla y creía que moriría asfixiado. "Si no hubiera estado allí y no hubiera reaccionado como lo hizo, yo ahora no estaría aquí", recuerda el joven.

Jaume López y Bryan Gambino / ACN

Jaume López y Bryan Gambino / ACN

"La verdad es que fui directo hacia Bryan y no vi nada más. Estaba inconsciente, sabía lo que tenía que hacer y fui rápido. Por suerte, salió bien", explica Jaume.

Aquel día, Bryan no recuerda haber visto a Jaume. De hecho, al ver que estaba atendido y ya había recuperado la conciencia, el policía se marchó.

Por su parte, Jaume ha estado de baja por dolor en un brazo después de la intervención.