Walt Disney fue un mito y se ha convertido en un icono de la animación y la forma de hacer cine. Como muchas figuras de la época en Estados Unidos con mucho éxito, su vida constituía un campo de incógnitas que los medios se encargaron de llenar con leyendas, incluso después de muerto. De hecho, esa es la historia que ha perdurado a lo largo de los años, que cuenta que el genio creador fue criogenizado y está congelado a la espera de que alguien lo cure del cáncer de pulmón que acabó con su vida.

La leyenda sobre la muerte de Walt Disney, al descubierto

Sin embargo, nada más lejos de la realidad, ya que tras su muerte en 1966 a causa del cáncer provocado por el tabaco -su gran vicio-, fue incinerado y trasladado a la parcela familiar de su familia en el Forest Lawn Memorial Park de Los Ángeles. Los componentes del momento que alimentaron los rumores de la criogenización de Walt Disney fue, en primer lugar, la actitud de su familia, que intentó ocultar la muerte del genio y luego pidió que no se enviaran flores al cementerio.

La leyenda es, además, víctima del momento, ya que eran los años en los que la técnica de congelación estaba en fase preliminar y era uno de los temas más populares de la década de los 60 en Estados Unidos. Además, los propios empleados de Disney, con la ayuda de algunas revistas, convirtieron el mito en una realidad y ayudaron a que se extendiese por todo el mundo. Que el artista había sido congelado después de morir y que cuando la ciencia avanzase lo suficiente para curarle el cáncer, podrían resucitarle. Hoy en día tan solo resucitan las cintas VHS de sus películas, que se venden por precios astronómicos en Wallapop.

¿Qué es la criogenización y cómo se hace?

Aunque el caso de Walt Disney no es real, la criogenización como fenómeno científico sí lo fue y lo sigue siendo, sobre todo en Estados Unidos. Conservar a los muertos a bajas temperaturas el tiempo necesario hasta que los avances médicos den con el tratamiento y los revivan es una teoría que viene de lejos, pero que empezó a establecerse como real en la década en la que Disney murió, en los 60 del pasado siglo. Fue entonces cuando surgieron fundaciones al respecto como la Cryonics Society de Nueva York, la CSNY, que se extendió a Michigan, CSM y a California, CSC, entre otros.

Dibujo Walt Disney / Europa Press

La muerte de Walt Disney es una leyenda que sigue expandiéndose / Europa Press

Los primeros años fueron una auténtica sensación, aunque un escándalo en 1979 provocó una crisis que frenó la expansión de esta práctica: nueve cuerpos que estaban en la CSC fueron hallados en un cementerio, descongelados años atrás sin consentimiento, por la reducción de fondos. Además de la mala reputación, el director de la fundación fue denunciado y durante años permanecieron con un perfil bajo y disimulado.

Actualidad y vitrificación: vivir muerto para siempre

Igualmente, en la actualidad, la empresa Alcor Life Extension Fundation sigue funcionando con esta meta, pero con un proceso diferente. En lugar de congelar con nitrógeno líquido e inyectar conservantes a los cadáveres, que en más de una ocasión supuso un estropicio seguido de un escándalo, llevan a cabo lo que se conoce como vitrificación, ya que congelar el cuerpo y que se forme hielo deteriora los tejidos del paciente. Este método pretende hacer realidad su sueño, descrito en su propia web: "La muerte es un proceso, no un interruptor de encendido y apagado".

Walt Disney resort / Europa Press

La criogenización existe y se sigue llevando a cabo en Estados Unidos / Europa Press

La vitrificación consiste, tal y como su nombre indica, en transformar las sustancias en una especie de vidrio sólido, que tiene que comenzar lo antes posible tras la muerte. En ocasiones, de hecho, los empleados de la compañía acompañan a los pacientes durante sus últimas horas para poder ser lo más rápido que se pueda. Tras la muerte legal y en primer lugar, se suministran en sangre medicamentos protectores, se enfría a la persona en un baño de agua helada y su sangre se reemplaza con una solución de preservación de órganos.

Al final, el paciente se enfría a -196 °C, que quiere decir que se crioconserva en estado sólido, presuntamente a salvo de la descomposición durante miles de años y con la esperanza de que en el futuro puedan salvarle. De momento, no obstante, los laboratorios solamente almacenan y conservan personas, pero no pueden determinar si volverán a la vida.