Una familia de Terrassa, en el Vallès Occidental, ha denunciado un error brutal en el proceso de repatriación del cuerpo de un familiar, muerto el pasado marzo y que quería ser enterrado en su ciudad natal, Casablanca, en Marruecos. Después de un largo periplo para poder enviar el ataúd a la familia de allí para la ceremonia, descubrieron que desde el aeropuerto de Barcelona se habían equivocado y habían enviado otro cadáver, el de una mujer, que tenía que ser enviada a Tánger.

Una familia de Terrassa repatría el cuerpo del tío y recibe el de una mujer

Así ha relatado la historia la sobrina de la víctima, Laila Moussafir, en el programa de TV3 Tot es mou, donde ha detallado que su tío murió en el Hospital de Terrassa el pasado 23 de marzo a los 77 años. Él mismo había dejado claro que querría ser enterrado y despedido en la ciudad marroquí de Casablanca, de donde era originario, y es por eso que la familia decidió enviar su cuerpo a fin de que fuera correctamente enterrado conforme a sus deseos.

Laila / TV3

Su sobrina ha denunciado públicamente los hechos / TV3

Laila ha especificado lo difícil que fue el proceso para repatriar a su tío, ya que ni él ni nadie de la familia contaba con un seguro para hacerse cargo. Al recurrir al consulado de Marruecos, recibieron también poca ayuda y les informaron de que desde el 2020 ellos no se ocupan de gestionar los trámites ni asumen ningún gasto. Es por eso que tuvieron que buscar una solución por su cuenta que les permitiera llevar al difunto desde Terrassa hasta Casablanca.

El cuerpo del difunto seguía en el aeropuerto del Prat días después del proceso

Las aseguradoras privadas tampoco fueron útiles, ya que pedían más de 6.500 euros, un coste inasumible para la familia. Finalmente, pudieron contactar a una asociación musulmana, Pastoral Tarragonès, que les pidió 2.400 euros para ocuparse de todo y entre Laila y otro tío suyo que vive en Francia, reunió el dinero para pagar el trámite. Y, sin embargo, acabó en desastre, que ahora la joven ha decidido denunciar públicamente.

Y es que los familiares que esperaban el cuerpo del hombre muerto se llevaron una buena sorpresa cuando, el día 30 de marzo, recibieron el cuerpo de una mujer, que no conocían y que más tarde averiguaron que tenía que llegar a Tánger, no a Casablanca, donde había llegado por error. Unas cuantas llamadas después, pudieron por fin confirmar dónde estaba el cuerpo del tío de Laila: permanecía en el aeropuerto del Prat, donde se habían confundido y no lo habían enviado.

Después del susto, al día siguiente, se envió el cuerpo correcto al lugar que correspondía y pudo ser enterrado el día 1 de abril, a pesar de que sin la tradicional y esperada ceremonia con sus familiares y amigos, ya que la mayoría había tenido que volver a sus respectivas ciudades sin tener tiempo de esperar que llegara el ataúd apropiado.