La familia de Archie Battersbee vive un auténtico calvario desde el pasado mes de abril. Archie, un niño de 12 años e hijo del matrimonio formado por los británicos Hollie Dance y Paul Battersbee, está en coma desde que el día 7 de abril su madre encontrara el pequeño inconsciente en su habitación, y con un hilo alrededor de su cuello. Los médicos dictaminaron que el estado del niño era de "muerte cerebral" y que jamás despertará, por lo que instaron a la familia a desconectar a Archie del soporte vital que lo mantiene vivo. La negación de la familia hizo que el hospital llevara el caso a los tribunales, los cuales han dado la razón una y otra vez a los sanitarios, ante la desesperación de los familiares del niño. Ahora, un nuevo reverso de la justicia deja a la familia Battersbee entre la espada y la pared, con muy pocas opciones de conseguir que su hijo siga conectado. 

El Tribunal de Apelaciones del Reino Unido, al que la familia Battersbee acudió después de que el Tribunal Superior de Justicia del Reino Unido dictaminara que el niño debía ser desconectado el pasado mes de junio, ha rechazado el permiso de llevar el caso a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) solicitado por la familia después de la última sentencia. El Tribunal de Apelaciones confirma de esta manera la sentencia dictaminada por el tribunal anterior, que obligaba a desconectar al niño del respirador artificial que lo mantiene vivo. Los padres y hermanos del pequeño, no obstante, no pierden la esperanza y no se rinden. Su siguiente paso: llevar el caso ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH), en Estrasburgo (Francia). 

Los padres de Archie aseguran que el niño reacciona ante estímulos

Hollie y Paul nunca olvidarán la fecha del 7 de abril, cuando encontraron a su hijo inconsciente, muy probablemente a causa de un peligroso y viral reto de TikTok. Al llevarlo al Royal London Hospital, donde el niño ha estado ingresado en coma desde entonces, los médicos comunicaron que el cerebro de Archie presentaba daños irreversibles y un estado de "muerte cerebral".

No obstante, a lo largo de estos meses, sus padres han defendido en incontables vistas ante los jueces que el pequeño "está luchando por recuperarse" y que, en algunas ocasiones, ha reaccionado ante estímulos tales como olores o sonidos. Recientemente, Hollie ha compartido un vídeo en el que, según ella, se observa cómo el niño respira por sí solo durante unos instantes (en las imágenes de la pantalla del respirador aparecen unos pulmones, señal de que la persona desconectada respira a través de ellos y no de la máquina), que quiere utilizar como prueba ante el TEDH. Además, en otra ocasión, la presión arterial del niño subió, y su familia le colocó debajo de la nariz aceite de lavanda, y reprodujeron una meditación, tras lo cual los progenitores aseguran que "su presión arterial bajó a niveles normales". 

"Mientras Archie esté luchando por su vida, no puedo traicionarle. Hasta que Archie no se rinda, no me rendiré", sentenció Hollie ante los medios británicos. "Estoy viviendo la peor pesadilla de cualquier padre. Tiene que haber un cambio en el sistema sanitario británico y en la justicia, antes de que otra familia tenga que pasar por lo mismo que nosotros", concluyó. La familia del pequeño está realmente consternada y sufriendo; apenas dos días atrás, el padre de Archie tuvo que ser ingresado por un ataque al corazón, que atribuyen a la tensa situación que viven respecto al futuro de su hijo. 

Los médicos sostienen que el niño no despertará y que es inútil mantenerlo conectado

A pesar de las esperanzas de la familia, y su insistencia en que el niño se recuperará, los médicos del Royal London Hospital hace meses que sostienen que lo mejor es acabar con el tratamiento del niño, ya que nunca despertará y mantenerlo conectado resulta inútil, porque no hay signos vitales en él. Cuando lo recomendaron la primera vez y la familia lo rechazó, el hospital llevó el caso a los tribunales, los cuales han dado la razón al centro hospitalario una y otra vez. La familia, a pesar de los reversos de la familia, continúa luchando y agotando todos sus recursos. En esta última ocasión, el Tribunal de Apelaciones, el último al que ha acudido la familia, ha vuelto a dar la razón al hospital, negando el permiso solicitado por la familia de presentar el caso ante la ONU, y confirmando que los médicos pueden, legalmente, desconectar al pequeño. Faltará ver si la familia Battersbee consigue llevar el caso hasta el TEDH, y si ahí los escuchan o si, por contra, sus peores presagios se harán realidad.