Víctor Escobar, de 60 años, es un hombre colombiano con una dolorosa enfermedad pulmonar. Ha sido una de las primeras personas católicas de toda América Latina en recibir la eutanasia a pesar de no tener una enfermedad terminal.

Víctor Escobar, el primer colombiano católico en recibir la eutanasia

La lluita de Víctor acababa el pasado viernes 7 de enero cuando, tras una larga batalla legal y social, conseguía que le suministrasen la eutanasia, pese a no ser paciente de una enfermedad terminal -en la legislación de Colombia solo se consideran terminales si tienen un pronóstico de vida inferior a seis meses.

Murió legalmente en una clínica de Cali, capital de la provincia colombiana del Valle del Cauca. El motivo que le llevó a esta decisión fue una enfermedad pulmonar obstructiva crónica en etapa terminal, que disminuyó considerablemente la calidad de vida, así como otros problemas de salud, según su abogado, Luis Giraldo.

Paciente no terminal con enfermedades degenerativas

La enfermedad respiratoria, según el propio Víctor, fue causada por los años que pasó trabajando expuesto al asbesto, un material aislante que ahora se sabe que causa cáncer.

Uno de los hechos más sorprendentes en el caso de Escobar es que es católico practicante, lo que le ha hecho sufrir una doble lucha, con médicos y clínicas, y con tribunales e iglesia, que se opone absolutamente a la muerte asistida en cualquier caso, considerada como suicidio.

Víctor Escobar / Archivo

Víctor Escobar / Archivo

A nivel legal, Colombia despenalizó la eutanasia en 1997, y en julio de 2021 un alto tribunal amplió este "derecho a la muerte digna" a quienes no padecen una enfermedad terminal. Desde esta modificación, al menos 157 personas han optado por acabar con su vida de esta forma, según el gobierno.

Una lucha para abrir la puerta a los pacientes como él

También ha sido especialmente mediático porque él mismo ha decidido grabar parte del proceso y publicarlo en los medios de comunicación, convirtiéndose en el primero en hacerlo público y el tercero en todo el país en recibir la eutanasia sin ser paciente terminal.

Su motivo para hacerlo público: “Quiero que se conozca mi historia porque crea un camino para que pacientes como yo, pacientes con condiciones degenerativas, tengan una puerta abierta para buscar descanso”.

Así, poco antes de recibir la inyección, se dirigía a la cámara para celebrar haber conseguido su objetivo: "Llegamos a la meta... Ganamos esta batalla, que ahora abre las puertas a pacientes como yo, con enfermedades no terminales, sino degenerativas, que vendrán detrás de mí y que en algún momento decidirán tener una muerte digna".

"No creo que Dios me castigue por tratar de dejar de sufrir"

En cuanto a su religión, Escobar ha mostrado una sorprendente tranquilidad, asegurando que a Dios no le gusta ver sufrir a la gente. "No creo que Dios me castigue por tratar de dejar de sufrir", sentenciaba.

En las últimas imágenes, que también compartió con los medios, aseguraba: "No estoy diciendo adiós, solo hasta luego" y se le veía rodeado de su familia, sonriendo antes de ser sedado para siempre.

Cabe destacar que en Europa los únicos países en los que se ha legalizado la eutanasia son Bélgica, Holanda, Luxemburgo y España.