José era un hombre de 60 años que trabajaba de barrendero en Madrid y que ha muerto por culpa de un golpe de calor. Su hijo ha explicado con todo tipo de detalles las duras condiciones en que trabajaba su padre. Estuvo barriendo a 42 grados, sin sombra y con la ropa inadecuada, hasta que se desplomó por culpa del fuerte calor.

Los hechos pasaron la semana pasada en la capital española, donde había unas temperaturas extremas por culpa de la ola de calor. A pesar de estas duras condiciones, desde el Ayuntamiento de Madrid decidieron que los barrenderos tenían que seguir trabajando en las horas en las que el sol picaba con más fuerza.

José Antonio González muere por culpa de un golpe de calor en Madrid

José Antonio González era natural de Medina de las Torres, un pequeño municipio de Badajoz. Este hombre se mudó a Madrid, se casó y tuvo dos hijos y empezó a trabajar para sacar adelante a su familia. Trabajó en una frutería y en un supermercado, pero lo echaron en un despido improcedente.

Fue entonces cuando empezó a trabajar con contratos temporales para Urbaser, una empresa que se dedica a los servicios de limpieza. José Antonio trabajaba en el turno de mañanas, pero el día que murió, excepcionalmente, hizo el horario de tardes para hacerle un favor a un compañero de trabajo que le había pedido un cambio de turno.

La temperatura de su cuerpo era de 41 grados

José Antonio González iba equipado con dos litros de agua y un pulverizador para remojarse la cara. Así y todo, las temperaturas eran extremas y, de repente, perdió la conciencia. Cuando los servicios de emergencias llegaron a la calle de Puente de Vallecas, que era donde estaba limpiando, pudieron comprobar que su temperatura corporal era de más de 41 grados y, al cabo de un rato, murió en el hospital.

"Estoy convencido de que no paró de limpiar aquella calle hasta que se desmayó"

Según explica el hijo de la víctima, este hombre de 60 años, llegaba a casa destrozado por las duras condiciones en que trabajaba. Se estaba esforzando al máximo porque tenía miedo de que no lo renovaran. "Estoy convencido de que no paró de limpiar aquella calle hasta que se desmayó. Lo estaba dando todo para demostrar que valía. Esto es inhumano", concluye su hijo en El País.

Inspección de Trabajo investigará este caso

Inspección de Trabajo está investigando el caso para ver si Urbaser ofrecía las condiciones laborales óptimas para trabajar con estas temperaturas extremas y las circunstancias en que han pasado los hechos.