El Tribunal Supremo (Madrid) ha condenado a 4 meses de prisión a un padre de familia por un delito de maltrato en el ámbito familiar después de que este pegara una zurrada en el culo de su hija de 4 años. Según la Sala de lo Penal, no hay ninguna razón de que justifique el fuerte golpe que, a pesar de no causar lesiones graves, fue tan intenso porque dejó marcada la mano del padre. La razón por la cual el padre propició la zurrada fue porque la niña lloraba y no se dormía. Además de la condena en la prisión, el juzgado ha impuesto al padre un orden de alejamiento de 500 metros durante 1 año y 4 meses, y el pago de una indemnización de 200 euros.

El fuerte golpe causó heridas leves a la menor de 4 años

Según el Tribunal, el condenado estaba separado de su mujer y entre los dos cuidaban - con custodia compartida - a sus dos hijos menores de edad. Los hechos ocurrieron el 8 de junio de 2019. El padre y la niña estaban juntos en casa cuando él pegó una zurrada en el culo de su hija, que no quería dormir y no paraba de llorar. A consecuencia del golpe, la víctima sufrió en el glúteo izquierdo una equimosis - un moratón- de unos 7 cm y a la derecha una de más pequeña, de 3 cm. A pesar de todo, las heridas no requirieron asistencia médica y se sanaron en 4 días.

Una condena excesiva

La sentencia incluye un voto particular del magistrado Pablo Llarena. Este señala que la condena contradice la doctrina de la Sala del Tribunal Supremo y que una solución "justa y prudente" era la absolución del acusado. Según detalla, el contexto no se engloba en un maltrato continuado, sino en un acto aislado, además de la poca importancia de las heridas. "Ante un hecho de menor entidad y de carácter aislado que no comportaba ninguna dificultad de integración en la experiencia vital de un menor de 4 años, la reacción penal introduce una paralización inmediata en la relación de la menor y su padre y lo somete imperativamente a una convivencia familiar monoparental a favor de la mujer", advierte al magistrado.

El magistrado también considera que las consecuencias que ha acarreado este castigo del padre a la hija, a pesar de su "excepcionalidad", carecen de suficiente entidad para criminalizar la acción. También, Pablo Llarena señala que esta condena a prisión y el alejamiento impuesto puede afectar negativamente en un futuro a la relación entre padre e hija hasta la edad adulta.

El Código Civil recuerda que hay que proteger a los hijos

El Supremo ha recordado que en el año 2007, el Código Civil fue reformado. La nueva ley afirma que los padres pueden corregir de manera razonable a los hijos y siempre protegiendo y respetando la integridad física y psicológica de los hijos en el ejercicio de la patria potestad.